TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







viernes, 3 de septiembre de 2010

Sobre la reencarnación


Si se supiera cuanto tiempo lleva adquirir el conocimiento, incluso solo teórico, de los Vedantas, con los que se embrollan los más avanzados hombres de hoy, etnológicamente hablando, podría entonces imaginarse lo arduo que resulta experimentar estas verdades grandiosas: "El hombre es Dios", "Yo soy Dios", "Yo estoy en todas partes" y "Yo soy el Yo de todo". Todo el yoga y la filosofía Vedanta están basados en la teoría de la unidad, q puede ser alcanzada con el gradual perfeccionamiento a través de la reencarnación.
Aunque los partidarios de varias religiones no creerán esta verdad de la unidad del alma, algunos de los grandes profetas, como Jesús proclamaron: "Mi padre y Yo somos uno", "Yo estoy en Ti, Tú estás en Mí". La mayoría de los fieles no comprenden el significado de tan gran sabiduría y condenan las teorías de reencarnación y evolución de la conciencia o espíritu. Pero en la Biblia está claramente establecido. En San Juan 3:3-7 : "Jesus respondió y le dijo: "en verdad, en verdad te digo que quien no naciere de nuevo no podrá ver el reino de Dios".
Dice Nicodemo: "¿Como puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Puede acaso entrar en el seno de su madre para renacer?"
"En verdad, en verdad te digo -respondió Jesús- que quien no renaciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del Espíritu, es espíritu. Por tanto, no extrañes que te haya dicho: Os es preciso nacer de nuevo."
Si la teoría de la reencarnación y la ley de acción y reacción no son aceptadas, ¿como podemos explicar las msierias y sufrimientos de este mundo? En toda religión y en todo tiempo vemos gente que sufre enfermedades, vejez y pobreza. En todos los países hay personas fuertes y débiles, sanas y enfermas, pobres y ricas, independientemente de sus creencias y religiones. Hay algunos cuyas vidas parecen prosperar y que, aparentemente, no creen en un Ser Supremo; y también hay muchos otros que son buenos y religiosos y, sin embargo, son menos afortunados.
Si Dios es misericordioso, ¿como puede permitir que un hombre sufra mientras otro disfruta en el mismo lugar, si ambos le aceptan  como Todopoderoso? Ciertamente, Dios no puede manifestar preferencia por uno y malquerencia por otro, si es misericodioso y amante. Ni se puede aceptar la teoría de que el hombre vaya eternamente al cielo o al infierno sin ninguna misericordia del Dios todomisericordioso. Si en la tierra un padre perdona al hijo malvado, ¿por qué el padre Supremo, todo amor, no iba a hacerlo, si existiese?
Nuestra vida en este planeta puede durar cien años, de los cuales gastamos cincuenta en dormir y soñar. Parte del tiempo lo pasamos en la infancia, que es un estado casi subconsciente. Cuando llega la enfermedad y la vejez el estado mental del hombre se deteriora y, atormentado entre el temor y la esperanza, vive casi en el plano del sueño.
Hay, en verdad, muy poco tiempo para que el hombre comprenda a su Padre y evolucione a un estado más avanzado. Antes de que la mayoría de las personas sean capaces incluso de creer en Dios están muertas. ¿Vamos a creer entonces que, porque no pudieron llevar una vida más elevada en el corto período en el que vivieron, están castigados a sufrir eternamente en el infierno? ¿No hay, pues, oportunidad para ellos de alcanzar la salvación?
De nuevo es demasiado simple suponer que Dios es una fábrica de hombres, que manufactura diariamente nuevas almas, las cuales envía a la tierra para sufrir y, finalmente despacha al cielo o al infierno en un ciclo eterno.
Si no existe la reencarnación, ¿cuál es el objeto de todo el conocimiento y sus instituciones, como bibliotecas y laboratorios, iglesias y templos?, ¿por qué no utilizamos nuestro tiempo como los animales o los hombres primitivos, sin toda esta moderna civilización?, ¿por qué luchamos por un mundo en paz y sin sufrimiento con nuestro esfuerzo, voluntad, poder, simpatía y servicio? Si no hay reencarnación en la tierra después de abandonar el cuerpo físico ¿por qué no aniquilar toda la raza humana y su civilización con las actuales bombas de horror? Si no hubiera reencarnación, el hombre no perdería nada si el mundo fuese aniquilado por una guerra total. No vendrían mas almas a la tierra. Dios podría descansar de Su labor, pues no podría enviar nuevas almas a una tierra contaminada por la radiación, en la que se excluirían de este modo hombres, animales y plantas. Para responder estas preguntas, si somos seres racionales, tenemos que aceptar la leyes de "karma" o de acción y reacción, y de reencarnación. Toda alma aprende en la vida a través de la tentativa y el error y corrige sus errores a medida que progresa en el camino. Cada acción, buena o mala, comporta un fruto, y la futura vida o condición del hombre dependen de lo que hace en el presente. A través del sufrimiento el hombre aprende mas en cada ciclo de vida.
Cuanto mas aprende, mas quiere saber sobre su existencia, sobre Dios y sobre el objeto de la vida. Pero este modo de pensar le llega solamente cuando ha evolucionado gradualmente desde el nivel inferior donde la filosofía se reduce a comer, beber y divertirse.
La filosofía del Yoga no sólo contiene la respuesta para todos los problemas del hombre, sino que también ofrece un modo científico para trascender estos problemas y los sufrimientos inherentes. Más aún, el Yoga no está reñido con ninguna religión o creencia y puede ser practicado por cualquiera que sea un sincero y voluntarioso buscador de la verdad. No hay envuelta ninguna vaga doctrina. Un esfuerzo comparativamente pequeño aportará una gran retribución de conocimiento, fortaleza y paz.

EL LIBRO DEL YOGA de Suami Vishnu Devananda

1 comentario:

  1. Cada ser Humano, deja, con la muerte, libre un lugar, cada ser humano tiene su circulo vital, sus personales capacidades y posibilidades, con las que, sin embargo, van también ligadas ciertas parcialidades. No hay ningún ser humano que no sea mas o menos unilateral; eso le hace interesante, le da color a su personalidad, es lo especial, lo apreciable, lo problemático en él, en cualquier caso, lo que trae movimiento a las relaciones humanas. Es bueno cuando las unilateralidades pueden ser realizadas con sentido, pero también es bueno, cuando hallan su relevo. Tenemos otras capacidades que nuestros predecesores, pero también estamos condicionados a que sucesores, de distinta constitución a su vez, suplan alguna vez nuestras unilateralidades. La muerte, pues , cuida continuamente de nuestra evolución, a través del necesario relevo.../...
    Con tal pensamiento de reencarnación, surgen así, en primer lugar, las más serias preguntas sobre la importancia de la responsabilidad del ser humano en la vida, como también sobre la identidad.
    La identidad del ser humano, no reposa, sólo - conscientemente o inconscientemente- sobre el pasado. También se realiza de una forma que nos es más difícil de reconocer y comprender, se construye, cuando nos "identificamos" con algo distinto de lo que nosotros mismo somos. Cuanto más a fondo y sin reservas hacemos esto, tanto más clara se hace nuestra identidad...../.....
    la Muerte es desprenderse de nuestra conciencia corporea.
    la muerte es la más potente actividad de la conciencia moral del ser humano, mediante la muerte la conciencia moral hace que el ser humano retorne, de nuevo, completamente a sí mismo. (contemplación, comprensión, determinación) con esos tres pasos el ser humano contempla después de la muerte , toda su vida, por entero, concibe con ello los efectos de sus actos.
    Despertar a la conciencia Moral en una misma vida, lleva al ser humano a una experiencia de la muerte, al abismo de la transformación, lo que le convierte en "otro " ser , experimentando una muerte en nuestra consciencia i por medio del desprendimiento de la identificación hacemos de nuestro YO un NO-YO.
    El ser humano , puede, en un acto de la más profunda experiencia religiosa, (hay muchos caminos), a partir de una camino de despertar místico, espiritual, a participar de una nueva conciencia moral, de su fuerza,: Así podemos empezar a "morir" ya durante la vida, anticipando la transformación por la muerte, de esta forma se le quita la "espina" a la muerte, se nos hace claro el sentido de la reencarnación, el ser humano llega a ser "igual a sí mismo" .
    En esta meta de la humanidad, se completa también la evolución, por reencarnación de cada individuo.

    extraído y rendarizado a modo resumen con añadidos en forma de puentes entre conceptos expuestos, para facilitar transmisión a msn.
    de:
    "HIGIENE SOCIAL"
    de la muerte a la reencarnación.
    Michael Debus.
    Boletín nº25.
    editorial Rudolf Steiner.

    raven.

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