Hace mas de veinticinco años que se formularon en la India dos de las filosofías más profundas que ha producido el pensamiento humano: el jainismo y el budismo. En ambas juega un papel central la virtud de la no-violencia o ahimsa (de a, no y himsa, perjudicar). Esta noción surgió como reacción a los sacrificios de animales, y también fué aplicada contra la pena de muerte y contra la guerra. Aunque aparece por primera vez en las Upanishad, fueron los jainistas y budistas (sobre todo el emperador Asoka) quienes mas la adoptaron y propagaron.
A Mahavira, fundador del jainismo, debemos la definición más precisa del mal: el mal es el dolor infligido a la criatura viviente, la violencia (en sánscrito ) la himsa. Por eso la regla básica de la moral es el principio de la a-himsa, de la no-violencia, el evitar cuanto haga sufrir a las criaturas. Según los jainistas (Acaranga Sutra, 1.2,3): "El sabio...debería conocer y considerar la felicidad de todas las cosas....Pues nada es inaccesible a la muerte, y todos los seres se gustan a sí mismos...todos evitan la destrucción y se aferran a la vida (...). Todas las cosas aman la vida....".
El primero de los preceptos que Buda legó a sus discípulos consistía también en ahimsa, en la abstención de cuanto pudiera causar dolor a los animales (incluídos nosotros, naturalmente). La generalización del budismo se debió en parte a la conversión del emperador Asoka (en el siglo III a.C.) y a su sección política a favor del Dharma (orden moral). Después de victoriosas pero sangrientas campañas militares, Asoka se arrepintió de tanta violencia y se dedicó a progagar la paz, la tolerancia y el respeto y amor por la vida.
LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES de Jesús Mosterín
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