TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







lunes, 18 de octubre de 2010

La unión divina

Formar el alma es un viaje que requiere tiempo, esfuerzo, habilidad, conocimiento, intuición y coraje. Es útil saber que todo trabajo con el alma es proceso, es decir, alquimia, peregrinaje y aventura, de modo que no esperemos un éxito instantáneo, ni siquiera finalidad de ninguna clase. Todos los objetivos y todos los finales son producto de la invención, importantes en cuanto son imaginados, pero jamás se los realiza literalmente.
En la literatura espiritual se presenta a menudo el camino hacia Dios o hacia la perfección como un ascenso. Se lo puede realizar en etapas, pero el objetivo es manifiesto. La dirección está establecida y el camino es directo. Las imágenes de la senda del alma son, como hemos visto, muy diferentes. Puede ser un laberinto lleno de callejones sin salida con un monstruo al final, o una odisea, en la cual el objetivo está claro pero el camino es mucho mas largo y retorcido de lo que se esperaba. (...) Ésta es la "meta" de la senda del alma, sentir la existencia; no superar las pugnas y las angustias de la vida, sinó conocer la vida de primera mano, existir plenamente en el contexto.(...)
La vida espiritual no avanza verdaderamente si estamos separados del alma o de la intimidad de ésta con la vida. Dios, igual que el hombre, se realiza cuando se humilla para asumir la carne humana. La doctrina teológica de la encarnación sugiere que Dios valida la imperfección humana como algo que tiene validez y un valor misteriosos. Nuestras depresiones, nuestro narcisismo, nuestros celos y fracasos no están reñidos con la vida espiritual. Es más, son esenciales para ella. Cuando se los atiende, estos estados anímicos impiden que el espíritu se lance hacia la capa de ozono del perfeccionismo y del orgullo espiritual. Y, lo que es mas importante, proporcionan sus propias simientes de sensibilidad espiritual, que complementan a las que caen de las estrellas. El matrimonio final del espíritu y el alma, animus y anima, es el enlace del cielo, y la Tierra, nuestros mas elevados ideales y aspiraciones unidos a nuestros síntomas y males mas terrenos.

El cuidado del alma de Thomas Moore 

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