Quiebra socioecológica

El mundo desarrollado, materialmente rico y moralmente pobre, se está erigiendo en estereotipo de civilización amortizada, de sociedad decadente. Dispone de lo que nadie tuvo antes, pero le parece poco y encima se niega a compartirlo. (...)

...lo determinante no es vivir mejor sino SER MEJOR. Aquí radica el problema: los occidentales no somos mejores que diez años atrás. Somos francamente peores, entre otras cosas porque sólo pensamos en vivir mejor, y no en los costos sociales y ambientales que ello pueda conllevar. Vivir mejor a toda costa, caiga quien caiga. De hecho ni siquiera esto, porque: ¿cómo se puede vivir mejor siendo peor? En efecto, ¿cómo se puede vivir mejor en un ambiente deteriorado y en un mundo crispado ante tanta desigualdad social? ¿Quién puede vivir mejor sabiendo que la mayoría de la humanidad sufre privaciones serias, que los recursos se agotan o por lo menos se enrarecen, que la circulación atmosférica se altera -y tras ella, tal vez el clima-, que los vertidos a mansalva están ahora sacudiendo el régimen planetario tras haber deteriorado el régimen de nuestro entorno cotidiano? Sólo los perturbados, desde luego. Y es que en eso nos hemos ya casi convertido, en una opulenta sociedad de perturbados que, además de insolidarios, tienen aire de suicidas. Alguien tiene que atreverse a decirlo: globalmente los occidentales, con la nonata Europa a la cabeza, exhiben sin recato una rapacidad inaudita, seguramente gracias a haber ya perdido todo resto de conciencia. No es desfachatez, sinó borrachera. Amoralidad, concretamente. (...)

...por cierto: no es la hipotética perversidad de político alguno lo que alienta tal actitud, sinó la futura presumible reacción airada de la mayoría de la sociedad, que aplaudiría primero, pero protestaría despues, al verse privada de ciertas comodidades, como el comilón que prefiere reventar a ponerse a régimen.

Cambiar para Vivir de Ramón Folch