TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







martes, 16 de noviembre de 2010

Espíritu Sostenible

 
Foto: Neus Bonet
http://unmonparallel.blogspot.com/

¿Dónde termina tu cuerpo y empieza la naturaleza? ¿Dónde termina tu respiración y empieza el aire? ¿Dónde el agua corporal y la del océano o los ríos?
Las culturas espirituales no consideran la naturaleza como un objeto, sino que creen que todas las cosas cuentan con un alma. Dar un paseo para disfrutar de la naturaleza y observar la majestuosidad de un árbol mirándolo como un objeto, no es una actitud mejor que la de un hombre que cosifica a la mujer al limitarse a valorar su belleza exterior.
De niño, me enseñaron un texto sánscrito que recitaba todas las mañanas, antes de levantarme, para expresar mi humildad frente a la madre tierra:
¡Oh, océanos y montañas, Madre Divina,
oh consorte del dios celestial, por favor perdona que te pise con mis pies!
Cuando las culturas premodernas cazaban, primero pedían permiso al espíritu del animal diciendo:"Por favor, te necesito". Cuando alguien construye una casa en la India, antes de cavar para cimentar, esa persona venera la tierra realizando bhumi puja, un ritual especial en el que se pide disculpas y permiso para construir su casa.
Esta idea de que todas las cosas tienen un espíritu común era compartida en todas las civilizaciones europeas de antaño: griegos, romanos, celtas, druidas...pero algo pasó y se perdió ese sentido. La cultura occidental no considera ya estas creencias, y hemos pasado a la cultura de sobreexplotación de la naturaleza.
Se habla ahora de desarrollo sostenible. Yo no creo en el desarrollo sostenible, creo en el respeto, en la preservación de los recursos naturales, no para disponer de ellos en el próximo siglo, sino por sí mismos, porque son sagrados, porque debemos venerarlos.
La próxima vez que salgas a pasear por el parque detente frente a un árbol y siente la respiración común subiendo y bajando por el tronco del árbol y por tu cuerpo. Cortar ese árbol es cortarte a ti mismo. Cuando puedes sentir la unidad de vida que nos conforma, las diferentes formas de vida, como la del árbol, te hablarán. Sí, tú eres divino, tú y todo lo que te rodea. Puedes sentirlo si aprendes a sentarte junto al río interior de las tranquilas aguas de tu respiración. A través de la meditación, tu espíritu empezará a verse a sí mismo, y entonces aprenderá a reconocer el espíritu universal.

Swami Veda Bharati (Yoga Journal)
 

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