TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







domingo, 14 de noviembre de 2010

Entre líneas

Hay una gran sabiduría en el espacio de una pausa. Incluso en la frase más sencilla, una pausa trae consigo un mensaje callado que cambia o acentúa el significado de las palabras. ¿Cómo aprenden los niños a leer? Primero, reconocen las letras. Casi sin darse cuenta, pueden leer palabras, y luego frases. Una palabra puede significar más que un objeto en el mundo; las palabras traen recuerdos al lector, asociaciones, ideas. Hace siglos, los grandes poetas y sabios como Rumi, San Francisco de Asís y Santa Teresa de Ávila, escribieron poemas y canciones que tenían un gran significado en sus pausas, y transformaban sus experiencias más trascendentales. Sus palabras son como constelaciones, puntos brillantes que conforman un significado en el espacio abierto, inspirando la maravilla y el asombro. Piensa en la Osa Mayor y en el infinito cielo nocturno que nos permite formar las constelaciones. La verdad se expresa en los vacíos que hay entre las palabras y las líneas. La lectura y la memorización de textos antiguos y sagrados forma parte de mi práctica de yoga. La sabiduría eterna llega a través de las palabras más puras de los sabios directamente a nuestros corazones. El conocimiento infinito parece agitarse en nuestra conciencia de la misma forma en que lo hace  cuando contemplamos las estrellas. En ese momento, accedemos a un claro entendimiento, un estado de claridad que trasciende las palabras, y entendemos la grandeza de todas las cosas.
Explora las pausas y los espacios abiertos en tu propia vida y detén la mente ahí, aunque solo sea por unos minutos. Si disfrutas de una práctica meditativa, intenta hacer una pausa antes y después. En tu práctica de asana, observa los breves descansos entre cada movimiento. Durante las actividades diarias, como preparar la comida, para un minuto a percibir los espacios que te rodean.
O prueba memorizar un poema sagrado. Léelo en voz alta al principio, deteniéndote en las pausas con el apoyo de la respiración para hacerlas audibles. Luego repite en silencio el poema, cada día, para aprender a sentir las pausas ocultas que forman tu vida.
Las conexiones invisibles están allí, entre inhalación y exhalación, antes de dormir, antes de levantarte de la mesa, antes de pensar en algo, en todas partes. Estés donde estés, la verdad eterna te habla a través de las pausas poéticas. Y con cada pausa, obtienes un mayor entendimiento de tu veradadero yo.

Yoga Journal (por Kate Vogt, investigadora de yoga)

No hay comentarios:

Publicar un comentario