En el concepto del anima mundi no hay separación entre nuestra alma y la del mundo. |
La cuestión que plantea Sardello, en el espíritu del anima mundi, es muy estimulante: El cáncer que aqueja al cuerpo de los seres humanos ¿es esencialmente el mismo cáncer que corroe nuestras ciudades? Nuestra salud personal y la salud del mundo ¿son una y la misma cosa? Tendemos a pensar que el mundo es nuestro enemigo, que está lleno de venenos que nos atacan, que es él quien siembra en nosotros la enfermedad y la muerte. Pero si el alma del mundo y nuestras propias almas son una, entonces, en la misma medida en que descuidamos y destruimos las cosas del mundo, nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Si hemos de desarrollar una buena práctica de la ecología, es necesario que al mismo tiempo nos ocupemos de nuestra propia contaminación interior, y si vamos a hacer limpieza en nuestra vida personal, mediante una terapia o algún otro método, al mismo tiempo necesitaremos ocuparnos de la neurosis del mundo y del sufrimiento de las cosas.
El cuidado del alma exige que tengamos ojos y oídos para el sufrimiento del mundo. (...)
¿Qué hay en nosotros que puede permitir que las cosas del mundo lleguen a dar tanta pena y a mostrar tantos síntomas sin motivarnos para dar una respuesta afectuosa? ¿Qué estamos haciendo cuando tratamos tan mal las cosas? (...)
...PORQUE NO HAY SEPARACIÓN ABSOLUTA ENTRE EL ALMA DEL MUNDO Y LA NUESTRA. NOSOTROS SOMOS REALMENTE EL MUNDO, Y EL MUNDO ES NOSOTROS.
El cuidado del alma de Thomas Moore
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