Gurú Nanak nació cerca de Lahore a fines de siglo XV. Afamados sabios árabes e hindúes lo tienen por maestro. Desde muy niño asombró por su profunda conciencia de Dios, su desapego a los muchos bienes materiales de los que estaba rodeado y su personalidad meditativa y solidaria, rasgos poco habituales entre sus pares.
En la adultez, casado, con dos hijos y un puesto en la administración del gobierno, seguía diferenciándose de sus compañeros por ser excepcionalmente honrado e incorruptible.
Amigo de Mardana, un músico muy popular, recitaba versos en honor a Dios.
A los treinta y tres años le fué revelado su destino: mientras nada con su amigo en el río, desaparece. Fue entonces cuando Dios le encomendó ser el portavoz del Conocimiento Absoluto. Reapareció en el río tres días después --cuando todos le creían muerto-- abandonó el estilo de vida que había llevado hasta ese momento y se dedicó a comunicar el Nombre del Supremo.
Junto a su fiel amigo recorrió la India para ofrecer la experiencia viva del Conocimiento y enseñar a las personas que los ritos, creencias y filosofías huecas que regían su vida los desviaban del sendero de la Verdad.
Como ocurrió con Kabir, cercano el momento de su muerte hindúes y musulmanes iniciaron una disputa. Guru Nanak les pidió entonces que pusieran flores a ambos costados de su cuerpo, los hindúes en el costado derecho y los musulmanes en el izquierdo. Las que se hubieran mantenido frescas al día siguiente de su muerte decidirían quiénes se ocuparían del ritual fúnebre. Luego rezó, se cubrió con una manta y poco después murió. Al día siguiente sus debotos no lo hallaron debajo de la manta, y las dos hileras de flores seguían bellas y radiantes. Cada pueblo tomó las propias y realizó el ritual según sus creencias. De este modo, Guru Nanak volvía a demostrar que el amor está por encima de cualquier diferencia.
Plegarias de la India ( Poemas, Sentencia y Mantras)
No hay comentarios:
Publicar un comentario