TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







miércoles, 6 de julio de 2011

Los árboles


Muchas veces simplificamos al pensar que los árboles simplemente crecen y dan sombra. Creemos que eso es todo lo que hacen. Sin embargo, albergan mas de un secreto. Poseen inteligencia, memoria, y funcionan como el verdadero vínculo entre el cielo y la tierra. Los árboles son los seres vivos más altos y más viejos que conocemos. Cada árbol es un pequeño ecosistema con miles de organismos en interacción. Transforman dióxido de carbono en oxígeno y alimentan la vida.
Pero, a veces, sólo vemos en ellos recursos económicos y nos perdemos el milagro de la vida, porque la fotosíntesis es una maravilla. Tierra, agua y fuego quedan conectados gracias a los árboles por un proceso que ellos sí saben hacer y nosotros, no. Sus hojas atrapan los fotones del sol y utilizan su energía para descomponer moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno. El primero permite en proceso de nuestra respiración; del segundo se obtiene toda la materia de la que están hechos los seres vivos, simplemente combinándolo con dióxido de carbono de la atmósfera y añadiendo un poco de nitrógeno de la tierra.
Nosotros sólo somos sus parásitos: tenemos que comerlos, o comer los animales que se alimentan de ellos, para aprovecharnos de este proceso básico. Sin la fotosíntesis se habría interrumpido la evolución porque lo que de verdad nos alimenta se cuece en el interior de las hojas de los vegetales. ¿No se ha preguntado nunca de donde proviene la energía que tiene después de comerse, por ejemplo, un muslo de pollo? Pues del grano que ese pollo comió en su día. O sea, de las plantas. Al principio de cualquier cadena de alimentación hallaremos siempre los vegetales que fabrican en silencio la materia que transmitirá la energía a todos los seres vivos.

Eduardo Punset - Excusas para no pensar


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