Quietud y equilibrio

Podemos leer en el Adhyatma-Ramayana:


Es inútil alegrarse o entristecerse por un acontecimiento feliz o desgraciado, porque los decretos del Destino son inevitables, incluso para los demonios y los dioses. No podemos evadirnos jamás del placer ni del dolor, porque el cuerpo, que es un producto de las buenas o malas acciones, es transitorio por naturaleza. Después del placer, el dolor, después del dolor, el placer. Las criaturas no pueden evadirse de ellos, como no pueden evadirse de la sucesión de los días y de las noches. Se hallan íntimamente unidos, como el lodo y el agua.
Por eso los Sabios, conscientes de que todo es solamente ilusión, permanecen inmutables y no se entristecen ni se alegran por los acontecimientos desgraciados o felices.


Eso no quiere decir que el sabio o el yogui no intenten hacer lo mejor que puedan, pero tratan de mantener su quietud y equilibrio ante cualquier resultado que se presente, afincados en su centro de consciencia pura, vigilante e inafectada.




Ingeniería emocional - Ramiro A. Calle