El número 11 que impregna este año representa la perfección del ser humano en su conciencia, la manifestación armónica de todos los aspectos posibles, la perfección, la excelencia, la máxima posibilidad que puede llegar a alcanzar una persona, la integración y el conocimiento del alma, de la dimensión infinita, la Totalidad a través del Vacío, es el Arte del Conocimiento. Pero mal enfocado traerá más ego, sufrimiento, incomprensión y dificultades en la Vida. Este número nos obliga a encontrar la maestría del que se sabe mover en medio de la dificultad a través de su propio estado de calma interna.
El número 11 es un número determinante, establece un aspecto totalmente presente en ese ser, un aspecto muy fijo, muy marcado, firme, es un mestro-a consumado. Esta persona habrá de trabajarse completamente a nivel interno pues la Vida le va a poner grandes pruebas para que aprenda a superar lo que no cambia, la aceptación sin sufrimiento de situaciones que no se mueven, independientemente de que gusten o no y de que se fuerce o no la realización de esas circunstancias.
Este número te llevará a aprender a rendirte, a volverte humilde, abandonarte, aceptar, calmarte, aquietarte, relajarte por dentro y por fuera, algo difícil, más allá de lo explicable, comprensible o abarcable. La experiencia hará pasar a esa persona por la apertura de su mente ya que tendrá que aprender a ser capaz de contener cualquier proceso desde algún lugar, no personal, no limitado, lo que le volverá ecuánime, le elevará y le mostrará la Sabiduría que sucede cuando otras fuerzas, no manipulables, actúan en la Vida, es el Camino del Espíritu y de la Unidad. Esta persona habrá de aprender a soltar, a liberar los procesos adentro y afuera de sí mismo.
Es el número de la Sabiduría Infinita, no es una persona, una posición personal pues esta habrá que dejarla atrás, es la capacidad de manifestar una energía real y poderosa, activar el conocimiento que llevamos dentro, conocer la fuerza interna que nos guía, que nos lleva de la oscuridad a la luz, de la ignorancia la conocimiento, es el impulso original que libera la conciencia del hombre. Es el año de la Liberación, de la manifestación de la perfección del Ser, llegar a caminar el escalón entre nosotros y Dios.
El número once es el que permite que nos convirtamos en la manifestación del Ser Perfecto, es el número más sutil de todos y los engloba a todos ellos en armonía.
Someter al ego, conocer la humildad, seguir el método que se ha escogido para avanzar interiormente y cambiar los esquemas que nos tiene programados, que determinan nuestra manera de ser y nuestra personalidad. Si trabajamos así renaceremos a una nueva manera de percibir la vida, cambiarán nuestros conceptos y viviremos presentes, en el aquí y ahora, solo entonces el Universo se pondrá a trabajar para nosotros.
Vivir el once es vivir la totalidad, una tarea larga, paciente, laboriosa y a menudo conflictiva, de la que habrá que aprender a moverse en medio de la confusión, del problema, del conflicto para salir de él con calma y aprendizaje.
Lo importante en esta tarea es aprender que si no está en nuestras manos la solución de los conflictos habremos de aprender a no desesperar, pues la situación está llevando a la persona a hacer un trabajo espiritual en el que aprende a comprender el proceso mediante la aceptación de la situación, las señales serán sutiles, muy sutiles y habrá que moverse con paciencia, humildad y coherencia, ya que el cambio de la situación sólo se producirá en el momento adecuado, ni antes ni después, cuando sea el momento llegará el regalo.
¿Cuánto tiempo estás preparado para quedarte quieto, sin moverte, con la bandeja en la mano, hasta que caiga en ella lo que tiene que caer? Un año, dos, diez…Este es el aprendizaje cuando se percibe que todo lo que sucede es perfecto, incambiable, que todas las piezas encajan en su sitio y cuando tienen que encajar, ni antes ni después, cuando lo que se mueve lo mueve la Creatividad Divina, el Universo, la Vida, la Madre, la Gran Madre. ¿Qué haces tú o cualquiera o millones para que el Universo funcione en perfecta armonía?
Este número implica aprender obediencia, paciencia, constancia, disciplina, la persona ha de ir integrando todo lo que sea válido, lo que representa una ayuda para avanzar conscientemente y de forma segura. El silencio y la meditación son cualidades de este número en los que se encontrará el sentido de la vida.
El número 11 mal aspectado
Pero también es un número difícil, que mal aspectado se caracteriza por el excesivo apego a lo material y al mundo de la ilusión, maya, lo no verdadero. Desequilibrado este número muestra una persona muy dudosa, llena de inseguridades interiores, miedo y confusión. Ante los problemas sufrirá mucha angustia y dificultad para resolverlos. Vive en Matrix y aunque hable de Matrix como de algo que conoce y hay que dejar atrás, su mente está sumergida en el Laberinto. “Si solo comprendes por la razón nunca entenderás el espíritu”.
Le costará entrar en el mundo espiritual, estará apegado a los resultados y le será difícil mantener una actitud serena y devocional.
Integridad, Verdad, Proyección
El Camino del número 11 es conectarse en esta Vida con la Verdad y realizar a Dios en si mismo y recordar este equilibrio constantemente. Ha de estar tan seguro, firme y ser tan íntegro que pueda engrandecer la conciencia de las personas con las que esté y hacerles ver la divinidad interior. Ha de convertirse en la manifestación de la Sabiduría Infinita, su Liberación pasará por encontrar su Misión y tomar conciencia, comprender porqué el ser humano está en la tierra y experimentándolo en si mismo enseñarlo donde vaya, porque a través de la palabra se produce la conexión con la sabiduría divina.
El camino espiritual es tan afilado como el filo de una navaja y tan fino como un cabello. En el equilibrio a menudo se resbala y habremos de ser fuertes y constantes para levantarnos y continuar adelante, sabiendo cómo trascender los obstáculos y enriqueciéndonos en conocimientos, amor, tolerancia con uno y con los demás y desde la Sabiduría Infinita tener experiencia de nuestra energía espiritual.
La práctica para equilibrar este número en cada uno es la Meditación que nos llevará a sentir y vivir en calma interior, conectarnos con la Conciencia, la Fuente Interior y vivir en la Verdad.
Habremos de aprender a comunicarnos con lo Desconocido
Para Yogi Bhajan, fallecido maestro hindú que plantó millones de semillas de sabiduría en occidente, la plegaria es la manera de conectar dentro de cada uno lo conocido con lo desconocido para llegar a al unidad con nosotros mismos. Para él, repetirnos con constancia a nosotros mismos mensajes, conocimientos, palabras que contienen sabiduría universal armónica y elevada consigue activar la comunicación interna con la conciencia.
La repetición ha de ser continua y logrará alejar el miedo y despertar el amor a lo desconocido. La oración no te da a Dios –dijo- te da a ti mismo. Te sintoniza, te alinea contigo mismo, con lo que hay dormido dentro de ti y entonces de ti con lo de afuera. La oración te lleva de lo limitado a lo infinito, abre las puertas interiores. Pero la repetición sin corazón es una pérdida de tiempo. La oración está relacionada con el aura, con el campo circundante que rodea de luz el cuerpo y le da protección.
Es la práctica de la mente neutral, te vuelves práctico y entonces conoces la relación entre tu y los cielos, el infinito. El poder efectivo de tu palabra es esa molécula que crea estimulación atómica vibratoria, que genera energía de amor. La oración es una sintonización humilde y la diferencia con la meditación – en silencio- es que toma al Yo y lo sintoniza, la convierte en infinito.
La oración te da la capacidad de armonizar la mente hacia la conciencia superior y hacia lo desconocido, es una forma de lograr armonía mental, rezas desde el interior hacia el interior, vibras en ese tono sutil y elevado que va abriendo el espacio sensible de todo tu cuerpo, tu mente y tu ser. No hay poder en la cabeza, está todo en el corazón.
La oración trabaja eliminando el ego porque emiten patrones vibracionales de curación, el sonido viaja a través de las células del cuerpo y ajusta la vibración interna para lograr un estado de salud, armonía y conciencia originales. La repetición de ese tipo de información activa la memoria original, el recuerdo de lo que somos y la misión que tenemos.
La Muerte del Ego
Morir conscientemente en Vida es morirse al ego y alcanzar el estado de Liberación, es aprender a hacer del Karma - camino de sufrimiento- un camino Dharmático -de Liberación. Morir al ego es el nivel más alto, elevado, infinito que puede alcanzar un ser humano, implica llegar a vivir la Inmortalidad del alma, la conciencia de Infinitud, de Unidad, de Comprensión de todas las cosas y procesos.
Es el camino del Yoga, la muerte o trascendencia de nuestra identidad individual, personal, de la identificación con el mundo que nos rodea, con las personas a las que estamos apegados, al dinero, conceptos, condicionamientos, ideas. Es llegar a sentir que nada de esto es real, que forma parte de la ilusión, maya, matrix, el laberinto que hemos creado y sostenemos entre todos. Encontrar lo real en la esencia divina, infinita.
Para lograr este paso, tan fácil de describir, nombrar, saber, pero tan difícil de experimentar, la Vida intentará deshacer todo lo que no te sirve para volverte flexible, afinado, sutil, la vida jugará contigo a limarte, molerte, aplastarte y cuanto más fuerza limitada de tu ego pongas para impedir el proceso más sufrimiento vivirás, pues esta fuerza de sabiduría no tendrá compasión con tu ego, con lo que se ha de deshacer, lo aplastará tanto como sea necesario para reducirlo a polvo, a la nada. No se puede hacer nada más que rendirse y transmutar, volverse fino, humilde, sutil, vacío, y alcanzar el otro lado, o bien ser destruido como identidad densa y enfermar o morir físicamente.
Un ser que ha llegado a este estado, que conscientemente se ha dejado pulir, proyectará su cuerpo radiante o de luz hasta el infinito y cuando muera la vibración de su cuerpo radiante permanecerá eternamente. Su energía radiante quedará contenida y proyectada en el universo y aportará gran avance a la humanidad, son los llamados boddishatvas por los budistas, iluminados por los hindús o santos por los cristianos.
Aunque siempre queramos que cada año sea el mejor, cada día más depende lo que sea de nosotros mismos, no de lo de afuera. Y si aprovechamos bien este año que ya gira en nosotros, habremos de ajustarnos hacia nuestro propio estado de armonía, salud, equilibrio y comprensión, ya que si todo depende de lo de afuera malos augurios se avecinan en un mes que ya comienza con mayores costes en nuestros gastos del día a día. ¿Vas a sufrir, protestar o enfadarte contra ello? Todo este mecanismo se forma dentro de ti, genera y afecta desequilibradamente a tu propio estado y relación con la Vida.
¿Qué tal si te dedicas a valer más tú que lo de afuera, a darte todo aquello que te lleve a crecer y te enseñe a sostenerte en medio de la dificultad, qué tal si decides conocerte, encontrar tu parte firme, luminosa, sabia, consciente? Dirigirte hacia el número que simbólicamente impregnará todo este año: tu Sabiduría Infinita.
Texto: Mar Lana
Bibliografía: Numerología Tántrica. Guru Dass Singh y María Lapuente. Ed Alas
Textos de Yogi Bhajan.
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