TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







domingo, 29 de mayo de 2011

No hay nada que el cielo no proteja

No hay nada que el cielo no proteja,
nada a lo que la tierra no dé vida,
nada que el tiempo no disuelva,
salvo la consciencia.
Estamos todos entretejidos: la vida y la muerte
son una única hebra,
los dos extremos de un mismo filamento.
Al cosechar las plantas, la muerte da vida,
sacrificamos aquello consciente y vivo
dádivas puras de la tierra
para nutrir la vida más elevada
y la consciencia más profunda de la humanidad.
La sagrada madre Shakti todo lo abraza
y provee el sustento que cada uno necesita.
Las fuerzas del cielo y de la tierra lo mantienen todo,
y en armonía con el dharma
restan de donde hay exceso
para dar allí donde falta;
para que la sed sea saciada
y las manos tendidas, vacías, acaben llenas.
Al compartir la prodigialidad de la tierra con el espíritu de ahimsa (no violencia),
el cuerpo y el alma serán satisfechos.
Aquel que sigue el camino del yoga
toma de lo que tiene en exceso
y lo pone al servicio de la humanidad
como dakshina (donación) a Shiva.
Por eso, preserva su cuerpo y lleva una vida plena
en dichosa comunión con el supremo.

Swami Sivananda
(Yoga World nº 12)

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