- Maestro, no puedo dejar de preguntarme si estoy en la senda de la Sabiduría. Y el maestro repuso: -No te preocupes, en cuanto estés no te lo preguntarás, así que sigue trabajando. |
TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?
miércoles, 30 de marzo de 2011
En la senda de la Sabiduría
Hay que llevar la práctica a la vida
jueves, 24 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
Conocer a Dios - Deepak Chopra
Un Dios es un Yo disfrazado....
Si creéis en una piedra es que creéis en Dios....
Si lo que somos es un regalo de Dios, en lo que nos convertimos es un regalo a Dios...
¿Está Dios aquí? No hay que ir fuera de uno mismo para encontrar a Dios.
Dios está en todas partes, hasta dentro de uno mismo.
Creo que las coincidencias son mensajes de lo no manifiesto, interrupciones repentinas de la vida superficial por un nivel más profundo...
En la realidad espiritual todo ocurre porque hay un intención detrás, todo en el mundo tiene un significado. Estamos tan habituados a aceptar el mundo tal como es que pasamos por alto nuestro papel creativo en él.
Una forma de comunicación entre nosotros y Dios es la oración, para muchos creyentes la oración es un viaje hacia la conciencia, donde ya no están determinados por los límites del cuerpo. La oración tiene el potencial de alterar sucesos externos al conectar lo físico con lo metafísico.
Para mi rezar no es místico, es mas bien una experiencia espiritual, una forma de asegurarnos de que seguimos siendo sagrados.
Los asombrosos sucesos que llamamos milagros nos dan pistas de los entresijos de la inteligencia inefable. Pero también lo hacen los sucesos cotidianos, llegando así a todos. Lo percibimos cuando un desconocido causa en nosotros una atracción instantánea, cuando miramos a los ojos de un niño y sabemos que nos mira un alma, cuando contemplamos al cielo con una sensación de asombrarse del espacio infinito. Cuando tenemos estas experiencias interactuamos desde un lugar recóndito, somos Dios interactuando con Dios.
Cuando tengáis un impulso nuevo, un pensamiento alentador, una corazonada que no hayáis seguido con anterioridad, aceptad lo desconocido. Dios habita lo desconocido, lo desconocido es lo único que se ocupa realmente del destino del alma, por lo tanto habría que venerarlo, como se venera lo sagrado.
El poeta persa Rumi dijo:
Cuando Muera volaré con los ángeles y cuando muera para los ángeles,
lo que seré....no podéis imaginároslo.
miércoles, 16 de marzo de 2011
El poder de dar
Robert Roche, doctor en Psicología, especialista en psicoterapia de la pareja y prosocialidad
"Ayudar, dar y escuchar llena de significado la propia vida"
INMA SANCHÍS - (La Contra de La Vanguardia)
"Ayudar, dar y escuchar llena de significado la propia vida"
INMA SANCHÍS - (La Contra de La Vanguardia)
lunes, 14 de marzo de 2011
Somos seres espirituales con una experiencia humana
jueves, 10 de marzo de 2011
La contemplación de los pensamientos
LA CONTEMPLACIÓN DE LOS PENSAMIENTOS Extracto del Siksãsamuccaya (Traducido del sánscrito por Edward Conze) Él intenta buscar por todas partes dónde se encuentran los pensamientos que surgen en su mente. Pero ¿qué son los pensamientos? Son apasionados, odiosos o confusos. ¿Y qué hay del pasado, el futuro o el presente? El pasado se ha extinguido, el futuro no ha llegado aún y el presente es efímero. Ya que los pensamientos, Kasyapa, no pueden encontrarse dentro ni fuera de uno, ni entre medio de ambos lugares. Pues los pensamientos son inmateriales, invisibles, frágiles, inconcebibles, inestables e insustanciales. No hay ningún Buda que los haya visto, ni que los vea, ni que vaya a verlos. Y aquello que los Budas no pueden nunca ver, ¿cómo podría ser un proceso observable, salvo en el sentido de que los dharmas actúan a través de una percepción falsa? Los pensamientos son como una ilusión mágica: al imaginar algo que no es real, tienen lugar una gran variedad de renacimientos. Un pensamiento es como la corriente de un río, no tiene ninguna estabilidad: en cuanto es creado, se manifiesta y luego desaparece. Un pensamiento es como la llama de una lamparilla y actúa a través de las causas y las condiciones. Es como un relámpago, aparece por un momento y al siguiente desaparece.... Al buscar los pensamientos por todas partes, no los encuentra ni dentro de sí mismo ni fuera. Ni tampoco en los skandha*, o en los elementos, o en las esferas de los sentidos. Incapaz de dar con ellos, intenta descubrir su naturaleza observando las tendencias mentales y se pregunta: ¿cómo surgen los pensamientos? Y entonces se le ocurre que "allí donde hay un objeto, surge un pensamiento". ¿Es el pensamiento una cosa y el objeto, otra? No, el pensamiento no es distinto de su objeto. Si el objeto fuera una cosa y el pensamiento, otra, habría un doble estado de pensamientos. Así que el propio objeto es el pensamiento. ¿Puede entonces el pensamiento examinar al pensamiento? No, el pensamiento no puede verse a sí mismo. Además, los pensamientos al ser agitados y sometidos a una intensa presión por todos lados, actúan sin ninguna estabilidad, como un mono o como el viento. Viajan lejos, etéreos, tornadizos, agitados por los objetos sensoriales, condicionados por las seis esferas de los sentidos, saltando de una cosa a otra. En cambio, la estabilidad, la unidireccionalidad, la inmovilidad, la imperturbabilidad, la absoluta calma y la concentración mental se llama un estado de plena conciencia. El milagro de mindfulness (Thich Nhat Hanh) *En el budismo los objetos de la mente se denominan los dharmas. Los dharmas suelen dividirse en cinco clases: Forma corporal y física (rūpa): incluye no solo el cuerpo en sí, sino además la propia imagen que la persona se hace de éste. Sensaciones (vedanā): son los datos (o información pura) que se reciben a través de los cinco sentidos y también a través de la mente. Pueden ser agradables, dolorosos o neutros. Percepciones (en sánscrito sangñā, en pāḷi saññā): es el registro que se hace de esos estímulos sensoriales puros que la persona convierte en objetos reconocibles y distinguibles. Los pensamientos e ideas también se consideran objetos. Tendencias mentales (en sánscrito samskāra, en pāḷi sankhāra): ‘confección, creación, formación, hacer’. Son los ‘impulsos de la voluntad’. Es la construcción de la representación o de la experiencia subjetiva del objeto percibido. Conciencia (en sánscrito vigñāna, en pāḷi viññāna). Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. La conciencia desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial ya que existe un aferramiento a lo percibido como deseable, un rechazo contra lo no-deseable e indiferencia a lo neutro. Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar cómo esos objetos percibidos aparecerán. Estos cinco agregados o agrupación de dharmas se llaman skandha (en idioma sánscrito) http://es.wikipedia.org/wiki/Cinco_agregados |
lunes, 7 de marzo de 2011
So Ham
Meditación So ham
Entre la enorme variedad de mantras que nos ofrece la tradición, uno es reconocido como el sonido interior, como el ruido que se produce en nuestra alma cuando el aire (que lleva consigo la energía) entra y sale de nuestro cuerpo. Este sonido, este mantra, es So ham.
La meditación So ham cuenta con todos los beneficios de la meditación con mantras, pero además resulta un potente reactivador del sistema nervioso, que purifica y equilibra los canales energéticos del cuerpo y, gracias a la armonía que un correcto flujo energético permite, nos ayuda a elevar la conciencia a un plano superior, lejos de las polaridades que nublan la mente. Esta técnica se basa en dirigir la atención hacia uno mismo y repetir con nuestra voz interior (aquélla que habla al corazón mejor que nuestra voz física) So ham. Que es llamado muchas veces "el mantra que no se recita", porque no es tanto una frase que debemos pronunciar, sino más el sonido que nuestro cuerpo produce naturalmente al respirar:
• Cuando inhalamos aire, producimos un sonido "sah".
• Cuando exhalamos, producidos un sonido "ha", a la que se le agrega en forma automática una "m" final.
En sánscrito, la "ah" se pronunciaba "o", y así identificaron el mantra natural: So ham. Algunas escuelas del budismo prefieren iniciar los ejercicios de meditación con la exhalación, y por lo tanto llaman a este mantra Hamsa. Pero poco importa cuál es el orden de sus sílabas, porque este mantra posee un significado poderoso y enigmático: significa literalmente "Yo soy eso".
Y el "eso" al que nos referimos es la energía que ingresa y sale de nuestro cuerpo mientras respiramos. Repetir So ham es igual a reafirmar que somos parte de la Energía Cósmica que dio origen al Universo, que no estamos alejados de la Llama Divina, sino que la Divinidad está dentro de nosotros también.
Los faquires, que son los musulmanes de la India, usan el mantra "Al Haq", cuya traducción es igual a la de So ham. Porque este mantra no es propio del mundo occidental: incluso puede encontrarse la frase "Yo soy eso" en la Biblia (en el libro del Éxodo). Es un mantra que todas las religiones de todo el mundo han acuñado y hecho propio, porque el creyente que lo repite en forma constante siente cómo crece dentro de sí la presencia de la instancia superior del Universo.
La fuerza de las afirmaciones ha sido destacada en nuestra época por la psicología, que asegura que repetir en voz alta una frase es una forma de convencernos. Por ejemplo, si una persona que siente mucho odio hacia el mundo, las personas y su propia vida, se para frente a un espejo y se dice a sí mismo, repetidas veces, "te perdono", pronto verá que se siente más relajado, y que los niveles de furia en su interior se reducen. Porque expresar verbalmente un sentimiento dispara un proceso químico en el cerebro que produce la emoción que estamos verbalizando.
Por supuesto, So ham es una expresión sagrada y no sólo una afirmación. De hecho, en sánscrito significa "cisne dorado", animal que es un símbolo de pureza.
Como todo mantra, no debemos repetir So ham en forma mecánica, sino realmente sintiendo cada sílaba. Las palabras tienen un poder que va más allá del significado (que es captado por la mente racional), su sonoridad resuena en nuestra mente intuitiva, se relaciona con nuestras emociones y sentimientos y, al repetirse en forma regular, puede llevarnos a un estado parecido a un trance, que nos ayuda a adentrarnos en las profundidades del Ser.
El procedimiento de esta técnica meditativa es bastante sencillo. Primero decimos, con nuestra voz interior, el vocablo "so" cuando inhalamos aire, y "ham", cuando exhalamos. Es decir, nos volvemos conscientes del sonido que la respiración produce naturalmente.
Este proceso recibe el nombre de ajapa-mantra, que quiere decir que los labios no se mueven durante la pronunciación del mantra.
El espacio entre los dos vocablos, que va aumentando conforme se intensifica más el estado meditativo, es el espacio de la conciencia verdadera. Este espacio silencioso crece y por lo tanto aumenta nuestra conexión con la Energía Cósmica. El objetivo de todo maestro en meditación es lograr que este espacio entre el so y el ham crezca, porque es el espacio de comunión entre el ser humano y la instancia superior.
Las personas respiramos un promedio de 22.000 veces por día. Si pudiéramos alcanzar un estado de conciencia superior en tan sólo un pequeño porcentaje de estas respiraciones, la claridad mental que alcanzaríamos sería suficiente para modificar significativamente nuestro estilo de vida. El estrés, sencillamente, desaparecería.
Porque, al fin y al cabo, la respiración es vida. Sencillamente, si no respiramos no podemos vivir. Cuando una persona tiene un accidente y su cerebro está privado de oxígeno por algunos instantes, sufre daños irreparables. Volvernos conscientes del sonido de la respiración, pronunciarlo repetidamente, es igual a reconocer la importancia de la respiración.
Seamos honestos: ¿cuántos de nosotros prestamos atención a nuestra respiración? Salvo quienes practican meditación, nadie se fija nunca en el proceso por el cual respira. Que la respiración sea un proceso involuntario (es decir, que realizamos en forma inconsciente, sin tener que pensarlo), no cambia el hecho de que es fundamental.
Reconocer su existencia por medio del mantra So ham es volvernos conscientes de aquello que nos mantiene vivos. Es conectarnos íntimamente con el procedimiento por el cual las células se alimentan (recordemos que el oxígeno es su combustible). Y como las celulas son las que hacen que las funciones de nuestro cuerpo se realicen, un acto tan sencillo, tan aparentemente insignificante como repetir So ham varias veces mientras meditamos, es respetar a nuestro cuerpo y el casi mágico proceso por el cual funciona.
domingo, 6 de marzo de 2011
Himno de la alegría
Escucha hermano la cancion de la alegria
el canto alegre del que espera
un nuevo día
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Si en tu camino solo existe la tristeza
y el llanto amargo
de la soledad completa,
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Si es que no encuentras la alegria
en esta tierra
búscala hermano
mas allá de las estrellas,
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Solo de pido a Dios
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
un monstruo grande y pisa fuerte
la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente
que el dolor no me sea indiferente
que la resaca muerte no me encuentre
vacía y sola sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente
que no me abofetee la otra mejilla
después de que una garra me arañó esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente
desauciado está el que tiene que marcharse
a vivir una cultura diferente.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Ganesha
A Ganesha se le considera generalmente como el hijo mayor de Siva y Parvati. Todos los sacrificios y ceremonias religiosas y todas las serias composiciones escritas, así como todos los asuntos mundanos de importancia, son comenzados por los piadosos hindúes con una invocación a Ganesha. Pueden mencionarse gran número de casos en los que se abre un negocio mediante una invocación a él. Pocos libros comienzan sin las palabras "Salutaciones a Ganesha". Se le representa con la cabeza de un elefante, y frecuentemente siendo atendido por una rata o montando en ella. Por lo general tiene cuatro brazos. Siempre se le describe como una deidad muy corpulenta y los cuadros e imágenes suyas pueden verse en las puertas de la mayoría de tenderos. Hay diversas leyendas acerca de su nacimiento.El Siva Purana cuenta que, tras dar vida a Ganesha, Parvati le puso ante su puerta para prevenir intrusiones mientras se bañaba. Al no permitr que Siva entrara, ambos se enzarzaron en una lucha, en la que esta deidad cortó la cabeza a Ganesha; pero cuando Parvati contó a su marido que era por orden suya que la puerta estaba cerrada, Siva lloró amargamente por la pérdida de su hijo. Enseguida ordenó que se trajera la primera cabeza que se encontrase, que resultó ser la de un elefante. Él la fijó al tronco sin cabeza y resucitó a su hijo. Ganesha tiene un solo colmillo por eso se le llama Ekadanta. La razón de esto es la siguiente: Parasurama, que era un discípulo de Siva, fué a Kailasa a visitar a su maestro. Llegando a los apartamentos interiores, le fué impedida la entrada por Ganesha, puesto que su padre estaba dormido. Parasurama pidió, no obstante paso, y tras largo diálogo, se enzarzaron en una pelea. Al principio Ganesha llevaba las de ganar, agarrando a Pasurama con su trompa y dándole una voltereta que le dejó sin sentido. Al recobrarse Rama arrojó su hacha contra Ganesha, quien reconociéndola como el arma de su padre (Siva de la había regalado a Parasurama) la recibió con toda humildad sobre uno de sus colmillos, que se partió en dos inmediatamente; desde entonces Ganesha tiene un solo colmillo. Parvati se encolerizó mucho, y se disponía a maldecir a Rama cuando Krishna, de quien él era devoto, apareció en la forma de un niño y calmó su indignación. Se dice que Brahma había prometido a Parvati que su hijo sería adorado antes que los demás dioses. Fuente: Mitología hindú (W.J.Wilkins) De modo significativo, a diferencia de otras deidades del panteón hindú, no hay cánones o reglas estrictas que limiten la forma que su culto pueda tomar. Él puede ser reverenciado de cualquier forma. Ganesha es nombrado en himnos y oraciones por muchos títulos diferentes como Vinayaka (el removedor de los obstáculos), o Vakratunda (el de la trompa torcida). Las oraciones a Ganesha piden la remoción de los obstáculos del camino del creyente, y el éxito en los empeños de uno. Todas las cualidades de elefantes son denotadas por la cabeza de Ganesha. Éstas son las cualidades de fuerza, carácter propicio, y sabiduría. Como el elefante, Ganesha puede ser poderoso y destructivo, pero es del mismo modo leal, amable y puede ser persuadido por el amor de sus creyentes. Sus orejas grandes - como las canastas de aventamiento - tamizan la verdad de la mentira, y recuerdan el axioma védico que el aprendizaje sólo puede tener lugar en los pies del gurú. Una interpretación tántrica de esta idea es que el aprendizaje sólo puede tener lugar cuando uno ha reprimido el diálogo interno y ha aprendido a abrir los oídos al mundo tal cual como éste es, en lugar de cómo a uno le gustaría que fuera. A la trompa de Ganesha le es atribuida la cualidad de la discriminación - cualidad primaria requerida para cualquier clase de progresión espiritual. El elefante usa su trompa para realizar tanto tareas delicadas como brutales. La trompa de Ganesha también puede representar el mantra-raíz OM. Otra leyenda recuerda las raíces prevédicas de Ganesha como un escriba sagrado, la historia narra cómo Ganesha escribió el Mahabharata. Según esta leyenda, el sabio Vyasa, el autor de este poema épico, fue aconsejado por Brahma de pedirle a Ganesha de que sea el escriba. Ganesha accedió a esto, a condición de que Vyasa dictase constantemente, sin pausa. Vyasa accedió a esto, agregando su propia condición la cual era de que Ganesha debería comprender cada palabra y frase y sus implicaciones antes de escribirlas. Esto le dio el tiempo a Vyasa para componer algunas estrofas mentalmente y dictarlas cuando Ganesha estuviera listo. Ganesha usó su colmillo quebrado como pluma. Fuente: http://www.zonadecaos.com Ganesh es reverenciado como el Removedor de Obstáculos, el Señor de los Comienzos y el Señor del conocimiento. |
jueves, 3 de marzo de 2011
Alcanza tu sueño
miércoles, 2 de marzo de 2011
Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es
Christophe André, médico psiquiatra y psicoterapeuta.
Tengo 53 años. Nací en Montpellier y vivo en París. Casado, tengo tres hijas. Soy profesor universitario y psiquiatra en el hospital Sainte-Anne, especializado en el tratamiento de trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Soy de centroizquierda y cristiano budista.
He visto una paloma muerta y me he puesto triste…
Ha recibido una información del exterior que le ha provocado un estado de ánimo, un clima mental.
Metamorfosis silenciosas.
Los estados de ánimo son emociones muy sutiles, pero definen nuestra vida emocional mucho más que las emociones fuertes, que radicalizan y simplifican nuestra percepción de los acontecimientos. Las emociones nos empujan a la acción, y los estados de animo, a la reflexión.
A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos…
Yo más bien diría que no sabemos exactamente qué sentimos y entonces caemos en la cavilación – darle vueltas incesantemente a lo que nos pasa-o la huida; pero cada vez que rechazamos sentir nuestros estados de ánimo, el problema persiste. Lo que hay que hacer es escucharlos, tienen un mensaje para nosotros. El análisis de los estados de ánimo nos vuelve más inteligentes.
Hay que saber hacerlo.
Primero aceptación y después acción, nunca reacción o negación. Aceptar nuestros dolores deja sitio a nuestras dichas, y volcarse (transitoriamente) en uno mismo permite volcarse hacia el futuro; pero aceptar la tristeza no significa sumirse en ella. Y hay que distinguir entre cavilar y reflexionar.
¿Cómo distinguirlo?
Las cavilaciones surgen de la pregunta ¿por qué?:¿por qué he tomado esa decisión?, ¿por qué me ha pasado a mí? La mejor pregunta para ver más claro es cómo:¿cómo hacer para que el problema no persista? Eso es reflexionar. El por qué es una pregunta intelectual, cómo es observación. Conocer cuál es mi experiencia cuando me siento mal trae lucidez para enfrentar el problema.
Los estados de ánimo pueden cambiar varias veces en un mismo día.
Lo deseable sería dar a cada estado de ánimo la respuesta que le corresponde, pero solemos dar a todos la misma respuesta. La herramienta adecuada es la introspección, detenerse y preguntarse qué estamos sintiendo, pero resulta difícil, muy difícil.
No me desanime, doctor.
Un recurso valioso es la meditación de plena consciencia, es decir: estar presente en la experiencia del momento que estamos viviendo, sin filtro, aceptando lo que llega; sin juicios de valor y sin expectativas.
¿Por qué pesan más los estados de animo negativos que los positivos?
Nuestro cerebro está cableado así, nos atrapa más lo malo que lo bueno. Cuando estamos en calma, frente al mar por ejemplo, no nos permitimos disfrutarlo, enseguida nos viene a la cabeza un pensamiento del tipo “debo…” o “hubiera tenido que…”. En lugar de estar en el instante presente, vivimos en la anticipación o en el rumiar.
Hay situaciones y sentimientos ante los que no tenemos respuesta.
Hay que aceptar que el misterio existe, pero queremos tener respuestas para todo. La persona ansiosa es la que soporta mal la incertidumbre. La tendencia a la preocupación reposa sobre una intolerancia frente a la incertidumbre.
¿Preocuparse es cavilar sobre el futuro?
Así es. Estar preocupado es tener la mente repleta de problemas por adelantado, ocupada y nerviosa. Deja de haber espacio para otros estados de ánimo, como las pequeñas alegrías cotidianas.
¿Cómo regular la inquietud?
Entendiendo que no podemos controlarlo todo y que los problemas forman parte de la vida, aceptando la incertidumbre; pero preferimos llenar el inquietante vacío de la incertidumbre actuando o anticipando. Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es.
Enséñeme a facilitar los estados de animo positivos.
Sonría, sabemos que sonreír aumenta los estados de ánimo positivos. Y ante un problema, dé un paseo: en lugar de bloquear el estado de ánimo intelectualmente, muévalo físicamente y tome distancia. Moverse, hablar con otras personas y entrenarse en ejercicios de gratitud son remedios poderosos.
¿Cómo se entrena la gratitud?
Cada noche, piense en tres momentos agradables del día y dese cuenta de que casi siempre esos momentos se los debe a otras personas, al amigo con quien ha compartido la comida… O si ha estado feliz escuchando música, agradezca ese momento a aquel compositor que vivió hace tres siglos.
Brillante idea.
Pensar tu felicidad ligada a otras personas da más potencia a esa experiencia y más seguridad, nos da fuerza para luchar contra ese sentimiento de soledad existencial.
La dulzura es otra gran herramienta.
Cierto, solemos pensar que la dulzura, la amabilidad, el respeto por los otros, es bueno para los que lo reciben, pero todavía es mejor para quien lo da y es consciente de las consecuencias de sus actos.
La felicidad ¿se aprende?
Un 50%, sí. La felicidad es bienestar más conciencia. Se trata de convertir los pequeños momentos de bienestar en felicidad iluminándolos con la conciencia. Saber que la felicidad es efímera e intermitente, saber hallar dentro de la tristeza o la desdicha un momento para sonreír y asumir la imperfección nos predispone a la felicidad.
Siento, luego existo
Los estados de ánimo, esa mezcla sutil de emociones y pensamientos, nos acompañan en todo momento, sotto voce impulsan nuestros actos y nuestra relación con el mundo. André es un experto en ellos, y en su magnífico libro Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad (Kairós) los despliega ante nosotros y nos invita a escucharlos, aceptarlos, convertirlos en mentores de nuestra sabiduría, sobre todo si son incómodos. Me quedé clavada en la página 49, en una reflexión sencilla: “Nos irritamos cuando el calentador se estropea, pero no nos regocijamos por tener agua caliente todas las mañanas. Y no obstante, ¡deberíamos hacerlo a título de ejercicio de lucidez y felicidad!”.
Fuente: La vanguardia (La Contra)
Foto: Neus Bonet http://unmonparallel.blogspot.com/ |
Tengo 53 años. Nací en Montpellier y vivo en París. Casado, tengo tres hijas. Soy profesor universitario y psiquiatra en el hospital Sainte-Anne, especializado en el tratamiento de trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Soy de centroizquierda y cristiano budista.
He visto una paloma muerta y me he puesto triste…
Ha recibido una información del exterior que le ha provocado un estado de ánimo, un clima mental.
Metamorfosis silenciosas.
Los estados de ánimo son emociones muy sutiles, pero definen nuestra vida emocional mucho más que las emociones fuertes, que radicalizan y simplifican nuestra percepción de los acontecimientos. Las emociones nos empujan a la acción, y los estados de animo, a la reflexión.
A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos…
Yo más bien diría que no sabemos exactamente qué sentimos y entonces caemos en la cavilación – darle vueltas incesantemente a lo que nos pasa-o la huida; pero cada vez que rechazamos sentir nuestros estados de ánimo, el problema persiste. Lo que hay que hacer es escucharlos, tienen un mensaje para nosotros. El análisis de los estados de ánimo nos vuelve más inteligentes.
Hay que saber hacerlo.
Primero aceptación y después acción, nunca reacción o negación. Aceptar nuestros dolores deja sitio a nuestras dichas, y volcarse (transitoriamente) en uno mismo permite volcarse hacia el futuro; pero aceptar la tristeza no significa sumirse en ella. Y hay que distinguir entre cavilar y reflexionar.
¿Cómo distinguirlo?
Las cavilaciones surgen de la pregunta ¿por qué?:¿por qué he tomado esa decisión?, ¿por qué me ha pasado a mí? La mejor pregunta para ver más claro es cómo:¿cómo hacer para que el problema no persista? Eso es reflexionar. El por qué es una pregunta intelectual, cómo es observación. Conocer cuál es mi experiencia cuando me siento mal trae lucidez para enfrentar el problema.
Los estados de ánimo pueden cambiar varias veces en un mismo día.
Lo deseable sería dar a cada estado de ánimo la respuesta que le corresponde, pero solemos dar a todos la misma respuesta. La herramienta adecuada es la introspección, detenerse y preguntarse qué estamos sintiendo, pero resulta difícil, muy difícil.
No me desanime, doctor.
Un recurso valioso es la meditación de plena consciencia, es decir: estar presente en la experiencia del momento que estamos viviendo, sin filtro, aceptando lo que llega; sin juicios de valor y sin expectativas.
¿Por qué pesan más los estados de animo negativos que los positivos?
Nuestro cerebro está cableado así, nos atrapa más lo malo que lo bueno. Cuando estamos en calma, frente al mar por ejemplo, no nos permitimos disfrutarlo, enseguida nos viene a la cabeza un pensamiento del tipo “debo…” o “hubiera tenido que…”. En lugar de estar en el instante presente, vivimos en la anticipación o en el rumiar.
Hay situaciones y sentimientos ante los que no tenemos respuesta.
Hay que aceptar que el misterio existe, pero queremos tener respuestas para todo. La persona ansiosa es la que soporta mal la incertidumbre. La tendencia a la preocupación reposa sobre una intolerancia frente a la incertidumbre.
¿Preocuparse es cavilar sobre el futuro?
Así es. Estar preocupado es tener la mente repleta de problemas por adelantado, ocupada y nerviosa. Deja de haber espacio para otros estados de ánimo, como las pequeñas alegrías cotidianas.
¿Cómo regular la inquietud?
Entendiendo que no podemos controlarlo todo y que los problemas forman parte de la vida, aceptando la incertidumbre; pero preferimos llenar el inquietante vacío de la incertidumbre actuando o anticipando. Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es.
Enséñeme a facilitar los estados de animo positivos.
Sonría, sabemos que sonreír aumenta los estados de ánimo positivos. Y ante un problema, dé un paseo: en lugar de bloquear el estado de ánimo intelectualmente, muévalo físicamente y tome distancia. Moverse, hablar con otras personas y entrenarse en ejercicios de gratitud son remedios poderosos.
¿Cómo se entrena la gratitud?
Cada noche, piense en tres momentos agradables del día y dese cuenta de que casi siempre esos momentos se los debe a otras personas, al amigo con quien ha compartido la comida… O si ha estado feliz escuchando música, agradezca ese momento a aquel compositor que vivió hace tres siglos.
Brillante idea.
Pensar tu felicidad ligada a otras personas da más potencia a esa experiencia y más seguridad, nos da fuerza para luchar contra ese sentimiento de soledad existencial.
La dulzura es otra gran herramienta.
Cierto, solemos pensar que la dulzura, la amabilidad, el respeto por los otros, es bueno para los que lo reciben, pero todavía es mejor para quien lo da y es consciente de las consecuencias de sus actos.
La felicidad ¿se aprende?
Un 50%, sí. La felicidad es bienestar más conciencia. Se trata de convertir los pequeños momentos de bienestar en felicidad iluminándolos con la conciencia. Saber que la felicidad es efímera e intermitente, saber hallar dentro de la tristeza o la desdicha un momento para sonreír y asumir la imperfección nos predispone a la felicidad.
Siento, luego existo
Los estados de ánimo, esa mezcla sutil de emociones y pensamientos, nos acompañan en todo momento, sotto voce impulsan nuestros actos y nuestra relación con el mundo. André es un experto en ellos, y en su magnífico libro Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad (Kairós) los despliega ante nosotros y nos invita a escucharlos, aceptarlos, convertirlos en mentores de nuestra sabiduría, sobre todo si son incómodos. Me quedé clavada en la página 49, en una reflexión sencilla: “Nos irritamos cuando el calentador se estropea, pero no nos regocijamos por tener agua caliente todas las mañanas. Y no obstante, ¡deberíamos hacerlo a título de ejercicio de lucidez y felicidad!”.
Fuente: La vanguardia (La Contra)
Mas feliz
martes, 1 de marzo de 2011
No podemos pensar dos veces con el mismo cerebro
Entrevista La Contra de La Vanguardia - François Ansermet, psiquiatra del hospital de Ginebra
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