TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







martes, 21 de diciembre de 2010

Curación ancestral



Somos la progenie del pasado. Somos el resultado biológico colectivo de innumerables generaciones que vivieron, aprendieron, enseñaron, crearon y soñaron. Que en conjunto crearon nuestra realidad física a través de sus éxitos y fracasos. Las acciones de nuestras generaciones pasadas, inevitablemente, influyen e impactan en nuestro presente.

Las células de nuestro cuerpo contienen los ecos de nuestros recuerdos familiares. Son factores importantes que determinan la forma en que percibimos y hacemos frente a nuestra realidad actual. La reconexión con nuestro linaje nos ayuda a entender quiénes somos y de dónde venimos. Entonces podremos determinar que necesitamos para completar nuestro viaje, y liberarnos de la Rueda del Samsara, para que podamos dar el siguiente paso para la evolución de nuestra alma.

Muchas culturas mantienen activas tradiciones en las que se honra a los antepasados, pero para honrarlos verdaderamente debemos ir más allá del mero respeto a nuestros antepasados con el reconocimiento tanto de sus efectos positivos como negativos en nuestra vida actual.

Tenemos que adoptar una actitud curativa hacia nuestros antepasados. El mensaje que transmiten a través del tiempo es continuación, conocimiento y  apoyo amoroso. Para honrar a nuestros ancestros, debemos estar abiertos a perdonar sin condiciones, porque sólo a través del perdón y la curación podemos liberarnos de su herencia negativa.

Realinear nuestro proceso ancestral es una necesaria reorganización que nos permitará la liberación de los bloqueos energéticos en la vida y en la vida de nuestros descendientes. Es un proceso intenso y profundo del perdón multidimensional que abarca un ámbito más allá del tiempo, el espacio, las dimensiones y las frecuencias. Es un acto de reverencia, honor y aceptación, con el que nos daremos cuenta del viejo paradigma, curaremos las heridas antiguas, y eliminaremos los fantasmas impresos en las células de nuestra memoria y el sufrimiento.

Seremos entonces capaces de activar la estelar joya de la energía de nuestro Dharma, recibiendo las lecciones y las bendiciones adquiridas por nuestro linaje y llevarla a un nuevo nivel del despertar y de la integración con el Yo.

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