TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







jueves, 22 de diciembre de 2011

Brahman (espíritu universal) y Atman (espíritu individual)


"Si uno hijo mío, hiciese un corte en la raíz de este gran árbol, destilaría savia, pero seguiría viviendo; si uno hiciese un corte en su tronco, destilaría savia, pero seguiría viviendo; si uno hiciese un corte en su cúspide, destilaría savia, pero seguiría viviendo. Y sigue en pie, compenetrado por la esencia viviente, absorviendo con avidez el agua, lleno de alegría.
Pero si la vida abandona una de sus ramas, ésta se seca; si abandona una segunda, ésta se seca; si abandona una tercera, ésta se seca, si abandona todo el árbol, todo él se seca.
Igualmente debes tú saber, hijo mío, que el cuerpo muere cuando la vida lo abandona, pero la vida no muere. Todo esto está constituído por aquel elemento sutil, él es la realidad; él es la esencia y tu eres eso, oh Shvetaketu.

"Señor, instruidme mas."
Su padre le contestó: "Bien, hijo mío.
"Toma una fruta de ese árbol nyagrodha".
"hela aquí, señor"
"Ábrela".
"¿Qué es lo que ves dentro de ella?"
"Estos pequeños granos señor".
"Abre uno de ellos".
"Ya está abierto, señor"
"¿Qué es lo que ves dentro de él?"
"Nada, señor"
Su padre le dijo. "Aquel elemento sutil que tú no percibes, hijo mío ha ido saliendo de este elemento sutil que se yergue este nyagrodha tan grande. Créelo,  hijo mío.
Todo está constituido por aquel elemneto sutil; él es la realidad; él es la esencia y tú eres eso, oh Shvetaketu."
"Señor, instruidme más"
Su padre le contestó: "Bien, hijo mío.
"Pon esta sal en agua y vuelve mañana".
Así lo hizo. Su padre le dijo: "Tráeme la sal que pusiste ayer por la tarde en agua".
Shvetaketu la buscó y no la encontró, pues se había disuelto.
"Prueba el agua de la superfície. ¿Cómo sabe?"
"Está salada"
"Prueba el agua de en medio. ¿Cómo sabe?"
"Está salada".
"Prueba el agua del fondo. ¿Cómo sabe?"
"Está salada".
"Arroja ese agua y vuelve".
Shvetaketu hizo así y le dijo a su padre: "La sal está en todo momento en el agua"
"En verdad hijo mío, tu no percibes aquí al ser y él está aquí"

Todo está constituido por aquel elemento sutil; él es la realidad; él es la esencia y tú eres eso,
 oh Shvetaketu.

Chândogya Upanishad

De qué te sirve

¿De qué te sirve la lluvia
de oro que te visita
y hace madurar el fruto
del huerto que tú cultivas,
si desconoces la Mano
que tales dones te envía?

¿De que te sirve la nube
deshecha en limpios cristales
que da canción a tu fuente
y aromas a tus rosales,
si muere de sed tu alma
cautiva en lazos carnales?

¿De qué te sirve la noche
cuajada de pedrería
si es mirada de los cielos
que nunca del pobre olvidan
si para tí tal mirada
es inconsciente y es fría?

¿De qué te sirve el pan blanco
que nunca falta en tu mesa
y el vaso que cual topacios
liquidados centellea,
si está el pobre desvalido
muriendo de hambre a tu puerta?


Mariano San León Herreras

Alguien


Un hombre trabajado por el tiempo,
un hombre que ni siquiera espera la muerte
(las pruebas de la muerte son estadísticas
y nadie hay que no corra el albur
de ser el primer inmortal),
un hombre que ha aprendido a agradecer
las modestas limosnas de los días:
el sueño, la rutina, el sabor del agua,
una no sospechada etimología,
un verso latino o sajón,
la memoria de una mujer que lo ha abandonado
hace ya tantos años
que hoy puede recordarla sin amargura,
un hombre que no ignora que el presente
ya es el porvenir y el olvido,
un hombre que ha sido desleal
y con el que fueron desleales,
puede sentir de pronto, al cruzar la calle,
una misteriosa felicidad
que no viene del lado de la esperanza
sino de una antigua inocencia,
de su propia raíz o de un dios disperso.
Sabe que no debe mirarla de cerca,
porque hay razones más terribles que tigres
que le demostrarán su obligación
de ser un desdichado,
pero humildemente recibe
esa felicidad, esa ráfaga.
Quizá en la muerte para siempre seremos,
cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz,
de la cual para siempre crecerá,
ecuánime o atroz,
nuestro solitario cielo o infierno.


Jose Luis Borges

Busco me - Bebe