TODOS LOS SERES HUMANOS ESTÁN INMERSOS EN LA BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR. Y, AUNQUE CONOCEN LOS CAMINOS MUNDANOS Y PUEDEN OBTENER TODO LO QUE DESEAN, SABEN QUE LO MÁS PRECIOSO ES LA PAZ INTERIOR PERO ¿QUÉ ES ESTA PAZ? ¿UNA IDEA? ¿UNA EXPERIENCIA? ¿CÓMO SE PUEDE ENCONTRAR?







miércoles, 30 de marzo de 2011

En la senda de la Sabiduría

- Maestro, no puedo dejar de preguntarme si estoy en la senda de la Sabiduría.

Y el maestro repuso:

-No te preocupes, en cuanto estés no te lo preguntarás, así que sigue trabajando.

Hay que llevar la práctica a la vida

Llevamos años admirando tu práctica. Estoy convencida de que en ella se expresa la esencia del yoga en cuanto a espíritu vivo. ¿Cuánto el cuerpo es portador de esa profundidad?
Yo creo que lo que realmente podemos ver en la práctica, no es el verdadero yoga. La profundidad de los conocimientos del yoga está siempre determinada por lo que nosotros somos y hacemos el resto del día. Hay mucha gente que puede hacer una práctica de asana impecable y, sin embargo, no ser buenas personas el resto del tiempo. Tenemos que tomar las lecciones aprendidas durante la práctica y aplicarlas al contexto de nuestra vida. Igualmente, tenemos que llevar la energía que generamos en la práctica a los detalles de la vida. Cuando yo me pongo sobre la esterilla, mi mayor prueba consiste en llevarme lo obtenido al resto de mis circunstancias. Ese es el reto para todos nosotros; como un jardinero que toma su tiempo en preparar la tierra aportando nutrientes y removiéndola. Eso es todo lo que la práctica hace. Se crea fecundidad en nuestro interior. Las decisiones que tomamos en cuanto a cómo utilizar esta energía, son la verdadera prueba de madurez como yoguis. Si optamos por plantar en esa tierra fértil nuestro ego, recogeremos una gran planta de ego. Así que todos debemos ser muy cuidadosos en observar nuestras acciones e interacciones con los demás, para asegurarnos de no estar haciendo un mal uso de los maravillosos beneficios que obtenemos de la práctica del yoga. Esto quiere decir que, honestamente, no sé si mi práctica de asana es una representación de mi vida. Lo que sé es que debo hacer mi mejor esfuerzo para tener en cuenta lo que planto en esa tierra, y tratar de seguir creciendo y evolucionando como ser humano.

David, ¿hacia donde crees que va el mundo, los seres humanos?
Es una pregunta para la que no me siento cualificado. Creo que es imposible decir si como humanidad permaneceremos en paz o ésta será un simple proyecto de futuro que podríamos predecir en adelante, con tristeza. Desconocemos qué cosas pueden converger para que se produzca un gran cambio en nuestro crecimiento, como humanidad que evoluciona y aumenta su potencial. Más que pensar en futuro, sería mejor hacer lo que consideramos un "mundo correcto" ahora, en este momento, tomando responsabilidades desde las acciones individuales para tener una influencia positiva sobre el mundo que nos rodea. Hay una definición de yogui que me gusta: "Un yogui es aquel que deja un lugar más hermoso que cuando llegó a él". Así de simple. En cada cosa que hacemos, en cada palabra que pronunciamos, en cada encuentro, creamos una onda de energía como cuando se tira una piedra al fondo del agua, produciendo un sonido o una pulsión de energía que emana de ella. Cada cosa que creamos emite a su vez una pulsión energética que emana cada día en cada momento de nuestra vida en nuestros actos, palabras o hechos. ¿Estamos enviando energía positiva o negativa? Cada cual puede hacerse esta pregunta a sí mismo. ¿Mejora el mundo con mi presencia en él? Mi deseo es que pongamos todo nuestro esfuerzo en ser yoguis.

Parte de una entrevista a David Sweson (Ashtanga Yoga) por Yoga Journal

sábado, 19 de marzo de 2011

Conocer a Dios - Deepak Chopra



Un Dios es un Yo disfrazado....


Si creéis en una piedra es que creéis en Dios....


Si lo que somos es un regalo de Dios, en lo que nos convertimos es un regalo a Dios...


¿Está Dios aquí? No hay que ir fuera de uno mismo para encontrar a Dios.
 Dios está en todas partes, hasta dentro de uno mismo.

Creo que las coincidencias son mensajes de lo no manifiesto, interrupciones repentinas de la vida superficial por un nivel más profundo...

En la realidad espiritual todo ocurre porque hay un intención detrás, todo en el mundo tiene un significado. Estamos tan habituados a aceptar el mundo tal como es que pasamos por alto nuestro papel creativo en él.

Una forma de comunicación entre nosotros y Dios es la oración, para muchos creyentes la oración es un viaje hacia la conciencia, donde ya no están determinados por los límites del cuerpo. La oración tiene el potencial de alterar sucesos externos al conectar lo físico con lo metafísico.
Para mi rezar no es místico, es mas bien una experiencia espiritual, una forma de asegurarnos de que seguimos siendo sagrados.

Los asombrosos sucesos que llamamos milagros nos dan pistas de los entresijos de la inteligencia inefable. Pero también lo hacen los sucesos cotidianos, llegando así a todos. Lo percibimos cuando un desconocido causa en nosotros una atracción instantánea, cuando miramos a los ojos de un niño y sabemos que nos mira un alma, cuando contemplamos al cielo con una sensación de asombrarse del espacio infinito. Cuando tenemos estas experiencias interactuamos desde un lugar recóndito, somos Dios interactuando con Dios.
Cuando tengáis un impulso nuevo, un pensamiento alentador, una corazonada que no hayáis seguido con anterioridad, aceptad lo desconocido. Dios habita lo desconocido, lo desconocido es lo único que se ocupa realmente del destino del alma, por lo tanto habría que venerarlo, como se venera lo sagrado.

El poeta persa Rumi dijo:
Cuando Muera volaré con los ángeles y cuando muera para los ángeles,
 lo que seré....no podéis imaginároslo.

Bailar en libertad

improv performance as part of a Dancing in Freedom workshop from Srikalima Karen Harvey on Vimeo.

Hanuman Chalesa en movimiento

miércoles, 16 de marzo de 2011

Desde lo mas profundo de mi ser para Japón

El poder de dar


"Ayudar, dar y escuchar llena de
significado la propia vida"



El poder de dar

Ayudar, dar, compartir, consolar, escuchar profundamente y ser empático, valorar al otro, solidarizarse... beneficia psíquica y físicamente al que recibe y al que da. Roche lleva 25 años investigando y aplicando la prosocialidad, ha participado en más de quince proyectos europeos; actualmente, en uno para disminuir el fracaso escolar. Formó a los primeros formadores sobre educación ética prosocial en el nuevo régimen de Eslovenia y Chequia. Su programa Young prosocial animation pretende equipar emocionalmente a 40 grupos de jóvenes marginados en diversos países. Ha publicado más de quince libros; los últimos: La comunicación para parejas inteligentes y Prosocialidad: nuevos desafíos.


Tengo 69 años. Nací en la provincia de Barcelona y vivo en el campo. Casado desde hace 46 años, 7 hijos, uno discapacitado, y 10 nietos. Soy profesor de Psicología en la UAB. Creo en el consenso. Los políticos no deberían basar su triunfo en machacar al adversario. Soy cristiano



Ha investigado con más de 2.000 parejas...
Sí, y he observado que esperar demasiado de la comunicación crea problemas en la pareja.

Creía que era por la falta de ella.
La comunicación, si no es de calidad, crea perturbaciones y ruido. Puedes estar diciendo una cosa con tus palabras y otra con los gestos, la mirada y la actitud.

La actitud dice más que las palabras.
Y de forma inconsciente. En las relaciones de pareja debe haber un equilibrio pas-pro.

¿Qué es eso?
Un equilibrio entre amor pasional y amor prosocial, que es aquel que se interesa en primer lugar por el otro, que da todo el espacio al otro, que descentra el propio yo, que no parte de sus intereses, sino que trata de escuchar a fondo al otro. A partir de ahí vendrá un enriquecimiento para el yo y también para el tú.

Hay que ser maduro y generoso para eso.
Sin este tipo de amor, la pareja se ahoga en los sentimientos centrados en el yo. Quien invierte en el otro construye y mantiene la pareja.

Pero la pasión es la chispa.
El amor pasional es un amor gratuito, ¡fantástico!, un regalo que no tiene coste.


Te llega de repente, sí.
El amor prosocial tiene un coste, requiere esfuerzo, es altruista, procura más funcionalidad y apoyo al otro, pero dota a ambas personas de la pareja de un gran significado de autenticidad. La comunicación prosocial es la que acepta totalmente al otro.

¿Y se aprende?
Yo, a mis estudiantes les hago practicar ayuda, escucha, consuelo, crear empatía, valorar al otro, ser solidario. Y tienen que practicarlo con un adversario o alguien antipático. Plantean una acción y comprueban qué pasa al llevarla a cabo.


¿Qué pasa?
Las ventajas de la prosocialidad previenen la violencia, mejoran el clima grupal e interpersonal, el tono vital del que da, la salud mental del autor y del receptor de la acción.

De acuerdo, amor prosocial. ¿Y cuando desaparece la pasión?
El amor prosocial es un gran nutridor de la pasión, porque si tu pareja te dedica tiempo, esfuerzo e ilusión, tu pasión renace.

Entonces, ¿por qué todas las parejas andan a la greña?
Se tiene que aceptar que hay desacuerdos y aprender a manejarlos, debatirlos con calidad comunicativa; centrar la atención en conseguir una auténtica relación.

Eso no implica estar de acuerdo.
Pero sí tener como objetivo un encuentro entre el yo y el tú, y sobre la base de la comprensión mutua, tomar las opciones más adecuadas, ponernos de acuerdo sobre nuestros valores y establecer reglas de conducta para seguirlos.

Entonces, hay que ser inteligente.
Pues sí, pero no estamos hablando de coeficiente intelectual, sino de las múltiples inteligencias que nos llevan a conseguir un buen equilibrio pas-pro.

Entendido.
Hay que perseguir una igualitaria participación en la toma de decisiones. Una comunicación de calidad, explicitar las expectativas, y un respeto y autonomía en el crecimiento personal de cada uno.

Usted aplica la prosocialidad en países en conflicto, niños de la calle, escuelas.
Sí, con resultados excelentes. La prosocialidad estimula la creatividad y la iniciativa, se puede desarrollar en todo momento y aplicar a cualquier situación y persona.

Se trata de hacer algo por alguien.
Sí, favorecer el altruismo. Hay que enseñar los comportamientos del dar y mostrar los beneficios. La empatía es algo que tenemos naturalmente, pero la hemos cubierto de polvo, capas y capas de cultura, costumbres y maneras de tratarse. La prosocialidad se debe enseñar y entrenar para no olvidarla.


Nos han enseñado a procurar por nosotros mismos.
De la psicología americana nos ha llegado la asertividad, es decir: mantener mis derechos sin hacer daño al otro; pero la perspectiva prosocial da un paso más allá. Dice: yo voy a empezar por el otro, voy a interesarme por el otro. Vaciarse para acoger al otro.

¿Tiene recompensa?
Gracias a la acción prosocial, las emociones negativas mejoran, y la salud. Ponerse en el lugar del otro calma la tendencia irascible y resuelve rencores y envidias. Cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de ser más conscientes de lo que nuestros actos y palabras producen en los demás.


Esa consciencia es poder.
Aumente sus actos de ayuda, de dar, de escucha, de ser empático con el otro, de valorarle, y verá como sentirá un significado en su vida y mejorará su autoestima.

La respuesta no es siempre positiva.
Ponerse en la piel del otro enriquece mi capacidad mental, me abre al mundo. Si yo envío un mensaje con sinceridad, en el 70% de los casos mi acción incide y es multiplicadora, porque si alguien tiene un gesto bueno y sincero contigo, tu actitud y las decisiones que tomes en ese momento cambian. Esa acción produce una cadena de acciones.

Eso no se puede medir.
Sabemos que un puñetazo en un grupo aumenta las posibilidades de que haya otro: lo mismo sucede con las acciones prosociales.

 Robert Roche, doctor en Psicología, especialista en psicoterapia de la pareja y prosocialidad
"Ayudar, dar y escuchar llena de significado la propia vida"
INMA SANCHÍS - (La Contra de La Vanguardia)

lunes, 14 de marzo de 2011

Somos seres espirituales con una experiencia humana


Nuestras almas entran en este mundo para experimentar la existencia humana. Para ello nuestro recuerdo y nuestra conciencia del mundo de la verdad divina tienen que ser limitados con el fin de permitirnos vivir plenamente la experiencia. No podríamos asumir del todo las energías de la separación, el cambio, el miedo la muerte, la limitación y la dualidad que caracterizan este mundo, si supéramos que son ilusorios. Si nos encarnásemos con ese recuerdo, nos privaríamos de la oportunidad de trascender esos estados y de descubrir que, de hecho, son meras ilusiones. Al olvidar lo que somos al tomar un cuerpo físico nos damos a nosotros mismos la oportunidad de vivenciar completamente el dolor de la separación hasta que despertamos y recordamos una vez más la verdad de lo que somos.

[...] tenemos un conocimiento real de nuestra conexión con Dios y con nuestra alma pero lo olvidamos rápidamente después de tomar un cuerpo.

[...] no nos está vetada como humanos cierta conexión con el mundo de la verdad divina. Nuestra alma cuenta con una vibración que sintoniza y nos conecta con él. Podemos ayudar a que se produzca dicha conexión mediante prácticas como la meditación, la oración, el yoga, el trabajo con la respiración, el baile y el canto. Gracias a ellas elevamos lo suficiente nuestro nivel de vibración para sintonizar con el del mundo de la verdad divina.

[...] tenemos que recordar siempre que lo que hemos creado es el ideal espiritual; que hemos creado en nuestra vida circunstancias que nos ayudan a crecer y aprender, que las lecciones que necesitamos aprender están contenidas en cada situación y que el único medio de obtener el crecimiento que proporciona la experiencia es atravesarla.


El perdón radical de Colin Tipping


jueves, 10 de marzo de 2011

La contemplación de los pensamientos


LA CONTEMPLACIÓN DE LOS PENSAMIENTOS
Extracto del Siksãsamuccaya
(Traducido del sánscrito por Edward Conze)

Él intenta buscar por todas partes dónde se encuentran los pensamientos que surgen en su mente. Pero ¿qué son los pensamientos? Son apasionados, odiosos o confusos. ¿Y qué hay del pasado, el futuro o el presente? El pasado se ha extinguido, el futuro no ha llegado aún y el presente es efímero. Ya que los pensamientos, Kasyapa, no pueden encontrarse dentro ni fuera de uno, ni entre medio de ambos lugares. Pues los pensamientos son inmateriales, invisibles, frágiles, inconcebibles, inestables e insustanciales. No hay ningún Buda que los haya visto, ni que los vea, ni que vaya a verlos. Y aquello que los Budas no pueden nunca ver, ¿cómo podría ser un proceso observable, salvo en el sentido de que los dharmas actúan a través de una percepción falsa? Los pensamientos son como una ilusión mágica: al imaginar algo que no es real, tienen lugar una gran variedad de renacimientos. Un pensamiento es como la corriente de un río, no tiene ninguna estabilidad: en cuanto es creado, se manifiesta y luego desaparece. Un pensamiento es como la llama de una lamparilla y actúa a través de las causas y las condiciones. Es como un relámpago, aparece por un momento y al siguiente desaparece....
Al buscar los pensamientos por todas partes, no los encuentra ni dentro de sí mismo ni fuera. Ni tampoco en los skandha*, o en los elementos, o en las esferas de los sentidos. Incapaz de dar con ellos, intenta descubrir su naturaleza observando las tendencias mentales y se pregunta: ¿cómo surgen los pensamientos? Y entonces se le ocurre que "allí donde hay un objeto, surge un pensamiento". ¿Es el pensamiento una cosa y el objeto, otra? No, el pensamiento no es distinto de su objeto. Si el objeto fuera una cosa y el pensamiento, otra, habría un doble estado de pensamientos. Así que el propio objeto es el pensamiento. ¿Puede entonces el pensamiento examinar al pensamiento? No, el pensamiento no puede verse a sí mismo. Además, los pensamientos al ser agitados y sometidos a una intensa presión por todos lados, actúan sin ninguna estabilidad, como un mono o como el viento. Viajan lejos, etéreos, tornadizos, agitados por los objetos sensoriales, condicionados por las seis esferas de los sentidos, saltando de una cosa a otra. En cambio, la estabilidad, la unidireccionalidad, la inmovilidad, la imperturbabilidad, la absoluta calma y la concentración mental se llama un estado de plena conciencia.

El milagro de mindfulness (Thich Nhat Hanh)


*En el budismo los objetos de la mente se denominan los dharmas. Los dharmas suelen dividirse en cinco clases:


Forma corporal y física (rūpa): incluye no solo el cuerpo en sí, sino además la propia imagen que la persona se hace de éste.


Sensaciones (vedanā): son los datos (o información pura) que se reciben a través de los cinco sentidos y también a través de la mente. Pueden ser agradables, dolorosos o neutros.


Percepciones (en sánscrito sangñā, en pāḷi saññā): es el registro que se hace de esos estímulos sensoriales puros que la persona convierte en objetos reconocibles y distinguibles. Los pensamientos e ideas también se consideran objetos.


Tendencias mentales (en sánscrito samskāra, en pāḷi sankhāra): ‘confección, creación, formación, hacer’. Son los ‘impulsos de la voluntad’. Es la construcción de la representación o de la experiencia subjetiva del objeto percibido.


Conciencia (en sánscrito vigñāna, en pāḷi viññāna). Es un acto de atención o respuesta de la mente en el que el conocimiento del objeto se hace consciente en nosotros. La conciencia desaparece y resurge cambiada de un instante a otro y actúa de manera discriminatoria y parcial ya que existe un aferramiento a lo percibido como deseable, un rechazo contra lo no-deseable e indiferencia a lo neutro. Este constante movimiento genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar cómo esos objetos percibidos aparecerán.

Estos cinco agregados o agrupación de dharmas se llaman skandha (en idioma sánscrito)

http://es.wikipedia.org/wiki/Cinco_agregados

lunes, 7 de marzo de 2011

So Ham


Meditación So ham


Entre la enorme variedad de mantras que nos ofrece la tradición, uno es reconocido como el sonido interior, como el ruido que se produce en nuestra alma cuando el aire (que lleva consigo la energía) entra y sale de nuestro cuerpo. Este sonido, este mantra, es So ham.

La meditación So ham cuenta con todos los beneficios de la meditación con mantras, pero además resulta un potente reactivador del sistema nervioso, que purifica y equilibra los canales energéticos del cuerpo y, gracias a la armonía que un correcto flujo energético permite, nos ayuda a elevar la conciencia a un plano superior, lejos de las polaridades que nublan la mente. Esta técnica se basa en dirigir la atención hacia uno mismo y repetir con nuestra voz interior (aquélla que habla al corazón mejor que nuestra voz física) So ham. Que es llamado muchas veces "el mantra que no se recita", porque no es tanto una frase que debemos pronunciar, sino más el sonido que nuestro cuerpo produce naturalmente al respirar:

• Cuando inhalamos aire, producimos un sonido "sah".

• Cuando exhalamos, producidos un sonido "ha", a la que se le agrega en forma automática una "m" final.

En sánscrito, la "ah" se pronunciaba "o", y así identificaron el mantra natural: So ham. Algunas escuelas del budismo prefieren iniciar los ejercicios de meditación con la exhalación, y por lo tanto llaman a este mantra Hamsa. Pero poco importa cuál es el orden de sus sílabas, porque este mantra posee un significado poderoso y enigmático: significa literalmente "Yo soy eso".

Y el "eso" al que nos referimos es la energía que ingresa y sale de nuestro cuerpo mientras respiramos. Repetir So ham es igual a reafirmar que somos parte de la Energía Cósmica que dio origen al Universo, que no estamos alejados de la Llama Divina, sino que la Divinidad está dentro de nosotros también.

Los faquires, que son los musulmanes de la India, usan el mantra "Al Haq", cuya traducción es igual a la de So ham. Porque este mantra no es propio del mundo occidental: incluso puede encontrarse la frase "Yo soy eso" en la Biblia (en el libro del Éxodo). Es un mantra que todas las religiones de todo el mundo han acuñado y hecho propio, porque el creyente que lo repite en forma constante siente cómo crece dentro de sí la presencia de la instancia superior del Universo.

La fuerza de las afirmaciones ha sido destacada en nuestra época por la psicología, que asegura que repetir en voz alta una frase es una forma de convencernos. Por ejemplo, si una persona que siente mucho odio hacia el mundo, las personas y su propia vida, se para frente a un espejo y se dice a sí mismo, repetidas veces, "te perdono", pronto verá que se siente más relajado, y que los niveles de furia en su interior se reducen. Porque expresar verbalmente un sentimiento dispara un proceso químico en el cerebro que produce la emoción que estamos verbalizando.

Por supuesto, So ham es una expresión sagrada y no sólo una afirmación. De hecho, en sánscrito significa "cisne dorado", animal que es un símbolo de pureza.

Como todo mantra, no debemos repetir So ham en forma mecánica, sino realmente sintiendo cada sílaba. Las palabras tienen un poder que va más allá del significado (que es captado por la mente racional), su sonoridad resuena en nuestra mente intuitiva, se relaciona con nuestras emociones y sentimientos y, al repetirse en forma regular, puede llevarnos a un estado parecido a un trance, que nos ayuda a adentrarnos en las profundidades del Ser.

El procedimiento de esta técnica meditativa es bastante sencillo. Primero decimos, con nuestra voz interior, el vocablo "so" cuando inhalamos aire, y "ham", cuando exhalamos. Es decir, nos volvemos conscientes del sonido que la respiración produce naturalmente.

Este proceso recibe el nombre de ajapa-mantra, que quiere decir que los labios no se mueven durante la pronunciación del mantra.

El espacio entre los dos vocablos, que va aumentando conforme se intensifica más el estado meditativo, es el espacio de la conciencia verdadera. Este espacio silencioso crece y por lo tanto aumenta nuestra conexión con la Energía Cósmica. El objetivo de todo maestro en meditación es lograr que este espacio entre el so y el ham crezca, porque es el espacio de comunión entre el ser humano y la instancia superior.

Las personas respiramos un promedio de 22.000 veces por día. Si pudiéramos alcanzar un estado de conciencia superior en tan sólo un pequeño porcentaje de estas respiraciones, la claridad mental que alcanzaríamos sería suficiente para modificar significativamente nuestro estilo de vida. El estrés, sencillamente, desaparecería.

Porque, al fin y al cabo, la respiración es vida. Sencillamente, si no respiramos no podemos vivir. Cuando una persona tiene un accidente y su cerebro está privado de oxígeno por algunos instantes, sufre daños irreparables. Volvernos conscientes del sonido de la respiración, pronunciarlo repetidamente, es igual a reconocer la importancia de la respiración.

Seamos honestos: ¿cuántos de nosotros prestamos atención a nuestra respiración? Salvo quienes practican meditación, nadie se fija nunca en el proceso por el cual respira. Que la respiración sea un proceso involuntario (es decir, que realizamos en forma inconsciente, sin tener que pensarlo), no cambia el hecho de que es fundamental.

Reconocer su existencia por medio del mantra So ham es volvernos conscientes de aquello que nos mantiene vivos. Es conectarnos íntimamente con el procedimiento por el cual las células se alimentan (recordemos que el oxígeno es su combustible). Y como las celulas son las que hacen que las funciones de nuestro cuerpo se realicen, un acto tan sencillo, tan aparentemente insignificante como repetir So ham varias veces mientras meditamos, es respetar a nuestro cuerpo y el casi mágico proceso por el cual funciona.

domingo, 6 de marzo de 2011

Himno de la alegría



Escucha hermano la cancion de la alegria
el canto alegre del que espera
un nuevo día
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Si en tu camino solo existe la tristeza
y el llanto amargo
de la soledad completa,
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.
Si es que no encuentras la alegria
en esta tierra
búscala hermano
mas allá de las estrellas,
ven canta sueña cantado
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres
volveran a ser hermanos.

Solo de pido a Dios



Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
 un monstruo grande y pisa fuerte
la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.


Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente
que la resaca muerte no me encuentre
vacía y sola sin haber hecho lo suficiente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente
que no me abofetee la otra mejilla
después de que una garra me arañó esta suerte.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente
desauciado está el que tiene que marcharse
a vivir una cultura diferente.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Ganesha

A Ganesha se le considera generalmente como el hijo mayor de Siva y Parvati.
Todos los sacrificios y ceremonias religiosas y todas las serias composiciones escritas, así como todos los asuntos mundanos de importancia, son comenzados por los piadosos hindúes con una invocación a Ganesha. Pueden mencionarse gran número de casos en los que se abre un negocio mediante una invocación a él. Pocos libros comienzan sin las palabras "Salutaciones a Ganesha".
Se le representa con la cabeza de un elefante, y frecuentemente siendo atendido por una rata o montando en ella. Por lo general tiene cuatro brazos. Siempre se le describe como una deidad muy corpulenta  y los cuadros e imágenes suyas pueden verse en las puertas de la mayoría de tenderos.
Hay diversas leyendas acerca de su nacimiento.El Siva Purana cuenta que, tras dar vida a Ganesha, Parvati le puso ante su puerta para prevenir intrusiones mientras se bañaba. Al no permitr que Siva entrara, ambos se enzarzaron en una lucha, en la que esta deidad cortó la cabeza a Ganesha; pero cuando Parvati contó a su marido que era por orden suya que la puerta estaba cerrada, Siva lloró amargamente por la pérdida de su hijo. Enseguida ordenó que se trajera la primera cabeza que se encontrase, que resultó ser la de un elefante. Él la fijó al tronco sin cabeza y resucitó a su hijo.
Ganesha tiene un solo colmillo por eso se le llama Ekadanta. La razón de esto es la siguiente: Parasurama, que era un discípulo de Siva, fué a Kailasa a visitar a su maestro. Llegando a los apartamentos interiores, le fué impedida la entrada por Ganesha, puesto que su padre estaba dormido. Parasurama pidió, no obstante paso, y tras largo diálogo, se enzarzaron en una pelea. Al principio Ganesha llevaba las de ganar, agarrando a Pasurama con su trompa y dándole una voltereta que le dejó sin sentido. Al recobrarse Rama arrojó su hacha contra Ganesha, quien reconociéndola como el arma de su padre (Siva de la había regalado a Parasurama) la recibió con toda humildad sobre uno de sus colmillos, que se partió en dos inmediatamente; desde entonces Ganesha tiene un solo colmillo. Parvati se encolerizó mucho, y se disponía a maldecir a Rama cuando Krishna, de quien él era devoto, apareció en la forma de un niño y calmó su indignación. Se dice que Brahma había prometido a Parvati que su hijo sería adorado antes que los demás dioses.


Fuente: Mitología hindú (W.J.Wilkins)




De modo significativo, a diferencia de otras deidades del panteón hindú, no hay cánones o reglas estrictas que limiten la forma que su culto pueda tomar. Él puede ser reverenciado de cualquier forma. Ganesha es nombrado en himnos y oraciones por muchos títulos diferentes como Vinayaka (el removedor de los obstáculos), o Vakratunda (el de la trompa torcida). Las oraciones a Ganesha piden la remoción de los obstáculos del camino del creyente, y el éxito en los empeños de uno.
Todas las cualidades de elefantes son denotadas por la cabeza de Ganesha. Éstas son las cualidades de fuerza, carácter propicio, y sabiduría. Como el elefante, Ganesha puede ser poderoso y destructivo, pero es del mismo modo leal, amable y puede ser persuadido por el amor de sus creyentes. Sus orejas grandes - como las canastas de aventamiento - tamizan la verdad de la mentira, y recuerdan el axioma védico que el aprendizaje sólo puede tener lugar en los pies del gurú. Una interpretación tántrica de esta idea es que el aprendizaje sólo puede tener lugar cuando uno ha reprimido el diálogo interno y ha aprendido a abrir los oídos al mundo tal cual como éste es, en lugar de cómo a uno le gustaría que fuera. A la trompa de Ganesha le es atribuida la cualidad de la discriminación - cualidad primaria requerida para cualquier clase de progresión espiritual. El elefante usa su trompa para realizar tanto tareas delicadas como brutales. La trompa de Ganesha también puede representar el mantra-raíz OM.

Otra leyenda recuerda las raíces prevédicas de Ganesha como un escriba sagrado, la historia narra cómo Ganesha escribió el Mahabharata. Según esta leyenda, el sabio Vyasa, el autor de este poema épico, fue aconsejado por Brahma de pedirle a Ganesha de que sea el escriba.

Ganesha accedió a esto, a condición de que Vyasa dictase constantemente, sin pausa. Vyasa accedió a esto, agregando su propia condición la cual era de que Ganesha debería comprender cada palabra y frase y sus implicaciones antes de escribirlas. Esto le dio el tiempo a Vyasa para componer algunas estrofas mentalmente y dictarlas cuando Ganesha estuviera listo. Ganesha usó su colmillo quebrado como pluma.


Fuente: http://www.zonadecaos.com


Ganesh es reverenciado como el Removedor de Obstáculos,
el Señor de los Comienzos y el Señor del conocimiento.



jueves, 3 de marzo de 2011

Alcanza tu sueño

(Fragmentos)

Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal.
Pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo
vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto
para recibir los beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos
para poder apreciar debidamente su dulzura.
Aprende a mirarte con amor y respeto,
piensa en ti como algo precioso.
Desparrama en todas partes
la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar
la tristeza de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido,
iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía
a todos los que se acercan a nosotros.
El éxito en la vida no se mide
por lo que has logrado,
sino por los obstáculos que has tenido
que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera
en que vas a afectar el corazón de otros
 y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
Que este día sea el mejor de tu vida
para alcanzar tus sueños.
Sé tu mismo el cambio que quieres ver en el mundo.

Mahatma Gandhi

Fuente: YOGA nº 71 (Asociación Española de Practicantes de Yoga AEPY)

miércoles, 2 de marzo de 2011

Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es


Foto: Neus Bonet
http://unmonparallel.blogspot.com/
 Christophe André, médico psiquiatra y psicoterapeuta.
Tengo 53 años. Nací en Montpellier y vivo en París. Casado, tengo tres hijas. Soy profesor universitario y psiquiatra en el hospital Sainte-Anne, especializado en el tratamiento de trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Soy de centroizquierda y cristiano budista.





 He visto una paloma muerta y me he puesto triste…
Ha recibido una información del exterior que le ha provocado un estado de ánimo, un clima mental.


Metamorfosis silenciosas.
Los estados de ánimo son emociones muy sutiles, pero definen nuestra vida emocional mucho más que las emociones fuertes, que radicalizan y simplifican nuestra percepción de los acontecimientos. Las emociones nos empujan a la acción, y los estados de animo, a la reflexión.


A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos…
Yo más bien diría que no sabemos exactamente qué sentimos y entonces caemos en la cavilación – darle vueltas incesantemente a lo que nos pasa-o la huida; pero cada vez que rechazamos sentir nuestros estados de ánimo, el problema persiste. Lo que hay que hacer es escucharlos, tienen un mensaje para nosotros. El análisis de los estados de ánimo nos vuelve más inteligentes.


Hay que saber hacerlo.
Primero aceptación y después acción, nunca reacción o negación. Aceptar nuestros dolores deja sitio a nuestras dichas, y volcarse (transitoriamente) en uno mismo permite volcarse hacia el futuro; pero aceptar la tristeza no significa sumirse en ella. Y hay que distinguir entre cavilar y reflexionar.


¿Cómo distinguirlo?
Las cavilaciones surgen de la pregunta ¿por qué?:¿por qué he tomado esa decisión?, ¿por qué me ha pasado a mí? La mejor pregunta para ver más claro es cómo:¿cómo hacer para que el problema no persista? Eso es reflexionar. El por qué es una pregunta intelectual, cómo es observación. Conocer cuál es mi experiencia cuando me siento mal trae lucidez para enfrentar el problema.


Los estados de ánimo pueden cambiar varias veces en un mismo día.
Lo deseable sería dar a cada estado de ánimo la respuesta que le corresponde, pero solemos dar a todos la misma respuesta. La herramienta adecuada es la introspección, detenerse y preguntarse qué estamos sintiendo, pero resulta difícil, muy difícil.


No me desanime, doctor.
Un recurso valioso es la meditación de plena consciencia, es decir: estar presente en la experiencia del momento que estamos viviendo, sin filtro, aceptando lo que llega; sin juicios de valor y sin expectativas.


¿Por qué pesan más los estados de animo negativos que los positivos?
Nuestro cerebro está cableado así, nos atrapa más lo malo que lo bueno. Cuando estamos en calma, frente al mar por ejemplo, no nos permitimos disfrutarlo, enseguida nos viene a la cabeza un pensamiento del tipo “debo…” o “hubiera tenido que…”. En lugar de estar en el instante presente, vivimos en la anticipación o en el rumiar.


Hay situaciones y sentimientos ante los que no tenemos respuesta.
Hay que aceptar que el misterio existe, pero queremos tener respuestas para todo. La persona ansiosa es la que soporta mal la incertidumbre. La tendencia a la preocupación reposa sobre una intolerancia frente a la incertidumbre.


¿Preocuparse es cavilar sobre el futuro?
Así es. Estar preocupado es tener la mente repleta de problemas por adelantado, ocupada y nerviosa. Deja de haber espacio para otros estados de ánimo, como las pequeñas alegrías cotidianas.


¿Cómo regular la inquietud?
Entendiendo que no podemos controlarlo todo y que los problemas forman parte de la vida, aceptando la incertidumbre; pero preferimos llenar el inquietante vacío de la incertidumbre actuando o anticipando. Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es.


Enséñeme a facilitar los estados de animo positivos.
Sonría, sabemos que sonreír aumenta los estados de ánimo positivos. Y ante un problema, dé un paseo: en lugar de bloquear el estado de ánimo intelectualmente, muévalo físicamente y tome distancia. Moverse, hablar con otras personas y entrenarse en ejercicios de gratitud son remedios poderosos.


¿Cómo se entrena la gratitud?
Cada noche, piense en tres momentos agradables del día y dese cuenta de que casi siempre esos momentos se los debe a otras personas, al amigo con quien ha compartido la comida… O si ha estado feliz escuchando música, agradezca ese momento a aquel compositor que vivió hace tres siglos.


Brillante idea.
Pensar tu felicidad ligada a otras personas da más potencia a esa experiencia y más seguridad, nos da fuerza para luchar contra ese sentimiento de soledad existencial.


La dulzura es otra gran herramienta.
Cierto, solemos pensar que la dulzura, la amabilidad, el respeto por los otros, es bueno para los que lo reciben, pero todavía es mejor para quien lo da y es consciente de las consecuencias de sus actos.


La felicidad ¿se aprende?
Un 50%, sí. La felicidad es bienestar más conciencia. Se trata de convertir los pequeños momentos de bienestar en felicidad iluminándolos con la conciencia. Saber que la felicidad es efímera e intermitente, saber hallar dentro de la tristeza o la desdicha un momento para sonreír y asumir la imperfección nos predispone a la felicidad.


Siento, luego existo
Los estados de ánimo, esa mezcla sutil de emociones y pensamientos, nos acompañan en todo momento, sotto voce impulsan nuestros actos y nuestra relación con el mundo. André es un experto en ellos, y en su magnífico libro Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad (Kairós) los despliega ante nosotros y nos invita a escucharlos, aceptarlos, convertirlos en mentores de nuestra sabiduría, sobre todo si son incómodos. Me quedé clavada en la página 49, en una reflexión sencilla: “Nos irritamos cuando el calentador se estropea, pero no nos regocijamos por tener agua caliente todas las mañanas. Y no obstante, ¡deberíamos hacerlo a título de ejercicio de lucidez y felicidad!”.

Fuente: La vanguardia (La Contra)

Mas feliz

NO DEBEMOS PERMITIR QUE ALGUIEN SE ALEJE DE NUESTRA PRESENCIA SIN SENTIRSE MEJOR Y MÁS FELIZ


Madre Teresa de Calcuta

martes, 1 de marzo de 2011

No podemos pensar dos veces con el mismo cerebro

Qué cura nuestra mente: las palabras o las pastillas?
Los neurocientíficos creen que las palabras no curan y que el psicoanálisis es pura mitología y, a su vez, muchos psicoanalistas piensan que los neurocientíficos son incapaces de aceptar que cada mente es diferente, porque ha tenido vivencias diversas y, por ello, las pastillas no sirven igual para todos.

¿Y ambos están de acuerdo en algo?
Hasta ahora, no, pero un neurocientífico, Pierre Magistretti, y yo, que soy psicoanalista, hemos diseñado un modelo que explica por qué las palabras de los psicoanalistas curan tanto como las pastillas.

Cuéntenos.
Cualquier experiencia modifica la sinapsis, la transferencia de información entre neuronas, y las palabras también son experiencia.

¿Cualquier vivencia cambia la mente?
Cualquier experiencia imprime en nuestro cerebro una nueva huella sináptica y, a su vez, al verbalizarla –otra experiencia– también la modificamos. De ese modo, las experiencias modelan nuestra mente y las palabras con que revivimos una experiencia la reescriben de una nueva manera en nuestra memoria. Por eso, no podemos pensar dos veces con el mismo cerebro... Pero la pregunta es: ¿cómo podemos cambiar a cada instante de cerebro sin dejar de ser toda nuestra vida nosotros mismos?

¿...?
Imagine que se hace usted una foto idéntica cada día a la misma hora en el mismo lugar.

Fácil.
Su foto de hoy será casi calcada a la de mañana y la de mañana a la de pasado mañana...

Sí..
.. Pero si compara esa foto suya de hoy con la que se haga dentro de diez años, verá que su imagen ha cambiado muchísimo.

Espero que no tanto...
¡Igual le pasa a su cerebro! Por eso, por mucho que nuestra genética nos influya, cada uno de nosotros somos totalmente libres –el cerebro es nuevo– en cada decisión que tomamos. La libertad del hombre, por tanto, es más que irrenunciable: estamos determinados para no estar determinados.

¿El cerebro cambia y la identidad, no?
Así es, porque cada experiencia lo modifica sin que deje de ser él mismo. Es un proceso similar al del lenguaje que explica Saussure: cada hablante va transformando imperceptiblemente una lengua –que es un sistema, como el cerebro– al utilizarla a su modo en cada momento, de forma que nadie habla nunca el mismo idioma. Cada vez que hablamos, hablamos una lengua diferente.

Pero aun así nos vamos entendiendo.
Si usted escuchara a un hablante que utilizó su misma lengua hace 500 años ya no lo entendería igual y, sin embargo, es la misma lengua. La lengua que se habla hoy difiere muy poco de la que se hablará mañana y la de mañana de la de pasado mañana, pero la actual es muy diferente de la que se hablará dentro de 500 años, que, sin embargo, será casi igual que la del día anterior...

Cada vez que hablo una lengua es diferente y la misma.
¡Pues igual se modifica nuestro cerebro!

¿La sociedad o la genética no son también culpables de según qué crímenes?
El entorno, las vivencias anteriores y la genética influyen, pero no deciden por nadie. Yo soy yo y mis circunstancias, sí, y mi pasado: la historia nos atraviesa, vale, pero cada uno decide su propia historia en cada acto.

¿Y la memoria?
El fundamento del psicoanálisis es que se moldea, como todo el cerebro. Al evocar una vivencia y reinterpretarla la volvemos a inscribir en la memoria de forma diferente.

La memoria es un país en el que todos somos extranjeros.
Por eso, también somos plenamente responsables y capaces de decidir no sólo cada uno de nuestros actos, sino también cada uno de nuestros recuerdos: los moldeamos.

No podemos cambiar nuestro pasado, pero sí el modo en que lo recordamos.
Los resortes de la memoria están en nuestras manos. No podemos cambiar los hechos, pero sí el modo en que los interpretamos y los recordamos, y por tanto cómo nos influyen. Podemos así modificar también cómo los sentimos y nos afectan, y así podemos mejorar: al entender nuestros porqués.

De ahí que las palabras curen.
No pueden cambiar lo que sucedió, pero sí el modo en que nos afecta lo que sucedió.

Damasio me dijo en La Contra que el cerebro actuaba anticipando el placer.
El cerebro anticipa el placer y por eso actuamos: nos gratifica con sustancias placenteras, pero, ojo, también anticipa el displacer.

No sé si le sigo.
Sigue el mecanismo de las adicciones: como el cerebro nunca es el mismo, cada vez necesita más gratificación para seguir actuando. El drogadicto comienza tomando droga por placer y acaba tomándola para no sufrir el displacer del síndrome de abstinencia.

¿Nuestro cerebro hace lo mismo?
Y por eso al final del máximo placer está la destrucción. Ese mismo bucle explica cómo al fin del placer de la creación está la destrucción de la propia obra, para poder seguir gratificándose al recrearla de nuevo.

Le intuyo, pero no sé si le entiendo.
Vea documentales de Picasso y verá cómo pintaba –exultante– y lo borraba –entusiasta– para poder volver a pintar algo totalmente distinto y así seguir gozando.
Entrevista La Contra de La Vanguardia - François Ansermet, psiquiatra del hospital de Ginebra